El ex secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático, Michael Zammit, destacó la semana pasada en Madrid que para luchar contra los efectos del calentamiento global se requiere «una acción urgente» y «conjunta» por parte de las economías emergentes y las más desarrolladas, porque aún hay tiempo, pero «no mucho».
Durante su intervención ante la Comisión Mixta No Permanente (Congreso-Senado) sobre Cambio Climático, Zammit urgió a los parlamentarios españoles a que todos los países trabajen «juntos» para lograr reducir las emisiones en un 25 por ciento en 2020 y en un 50 por ciento en 2050.
En ese sentido, el Embajador de Cambio Climático de Malta, –cuya intervención en el Congreso de los Diputados prosiguió a la de la semana anterior del presidente del Panel Intergubernamental de la ONU para Cambio Climático (IPCC), Rajendra Pachauri– señaló que «no hace falta ser apocalíptico» en este tema, pero insistió en la necesidad de adoptar medidas «urgentes».
«Los países más desarrollados tienen que tomar las riendas de la lucha contra el cambio climático, porque han causado históricamente más emisiones y además tienen más capacidad y recursos para hacerlo», opinó.
Asimismo, insistió en la importancia de que la Unión Europea elabore un paquete de medidas concretas «antes de diciembre de este año», ya que durante los dos últimos días de 2008 los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en Postdam (Alemania), y en ese contexto «sería bueno un mensaje de acción positivo».
Al respecto, puntualizó que la idea que debe transmitirse a los gobernantes y estos a la sociedad en general es que frenar el cambio climático «es factible», pero sólo se conseguirá si se piensa desde la perspectiva de la valoración de la vida actual y la de las generaciones futuras. «Eso va mucho más allá que cuestiones científicas» –agregó– «y quienes tenemos nietos disfrutamos de una visión más a largo plazo».
ASPECTOS POSITIVOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Sin embargo, Zemmit explicó también que no todos los efectos del cambio climático son negativos de forma inmediata ni para todos los países por igual. Por ejemplo, dijo que si se consigue mantener el recalentamiento global por debajo de dos grados, «la agricultura ganará en muchos lugares del mundo». Por otra parte, bromeó al señalar que probablemente en Rusia, algunas personas incluso estarán contentas con la idea momentánea de un ligero ascenso de las temperaturas.
Sobre ese particular, subrayó que «lo que es evidente» es que cada uno de los pueblos debe evaluar los efectos del cambio climático sobre cada una de las sociedades, pero «en general», los escenarios planteados por los científicos se sitúan en un escenario de un aumento de la temperatura de dos grados, mientras que los «efectos reales son peores de los que se puede esperar».
Así, alertó de que si las temperaturas en el Polo Norte suben seis o siete grados, Groenlandia se derretirá, el mar subirá siete metros y eso cambiará la corriente del golfo, lo que «modificará el clima en esa zona del mundo».
LÍNEAS DE ACTUACIÓN
El experto internacional recomendó hacer «todo lo posible en materia de mitigación», aunque agregó que la adaptación al cambio climático «sigue siendo parte capital de cualquier estrategia que debe ser común a todos los países».
Zemmit afirmó que esta tarea pasa por buscar nuevas formas y oportunidades de crecimiento, como fomentar una «energía de prosperidad de menos carbono». «En definitiva, hay que conseguir una manera de crecer y crear nuevos empleos –prosiguió– No se trata de un parón y empezar de nuevo, sino de un cambio profundo».
Como medidas concretas, propuso un desarrollo basado en un cambio que pase, entre otras cosas, por un ahorro de energía, por una mejor y más eficiente producción, por la evaluación de nuevas tecnologías, y por ahorrar incluso en las casas, por incentivar el consumo responsable. «Debemos pensar todos en nuestra vida de una manera más eficiente», acotó.
Finalmente, recordó que las economías emergentes y los responsables de las economías históricas tienen «la obligación» de cooperar y actuar de forma conjunta para permitir a las generaciones venideras un mejor futuro.