El sector financiero tiene que implicarse en la lucha contra el cambio climático
El responsable de la Iniciativa Financiera del PNUMA, Eric Usher, señaló en un acto en la Cumbre del Clima de Bonn (COP23) que no es sólo cosa de la política lidiar con el “agujero financiero” entre los fondos comprometidos en la actualidad y los necesarios para mantener el aumento de las temperaturas por debajo de los dos grados centígrados frente a los niveles preindustriales.
“Necesitamos que todos los actores financieros -públicos, privados, nacionales, internacionales-, así como los mercados y los reguladores, trabajen conjuntamente de forma efectiva para movilizar los al menos 1,5 billones de dólares (1,29 billones de euros) necesarios cada año”, aseguró Usher.
El reto de las inversiones
Vladis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea (CE), indicó en este mismo acto que el “reto” de lograr inversiones por “cientos de miles de millones de euros” es también una “oportunidad para la Unión Europea”, un “imán para la inversión ecológica y liderar el camino de la movilización de financiación pública y privada para proyectos sostenibles”.
Según un comunicado del PNUMA, el progresivo aumento de la ambición de los países en la reducción de sus emisiones y el incremento de las contribuciones financieras “deben verse como un mismo reto“.
A su juicio, el sector financiero está “reconociendo” de forma mayoritaria “dónde y cómo el cambio climático presenta riesgos para sus actuales inversiones”, así como “la necesidad de ajustar sus carteras apartándose de activos intensivos en CO2 para reducir ese riesgo“.
La financiación de la lucha contra el calentamiento global es uno de los principales problemas que se está abordando en la COP23 por el coste en sí de la transición hacia una economía no contaminante y por la salida del Acuerdo de París de EEUU, uno de los mayores contribuyentes hasta la fecha a estos esfuerzos.