En las regiones rusas de Krasnoyarsk e Irkutsk, en Siberia, fue declarado ayer el estado de emergencia debido a los extensos incendios forestales, informó el Ministerio de Emergencias de Rusia.
«El régimen de estado de emergencia en los bosques fue declarado en todo el territorio de las regiones de Krasnoyarsk e Irkutsk, y parcialmente en la república de Buriatia«, afirmó la entidad. Según el Ministerio de Emergencias, las regiones con mayores cantidades de incendios son la república de Sajá (Yakutia), la región de Krasnoyarsk y la región de Irkutsk.
Debido a las grandes superficies afectadas por los incendios, las nubes de humo llegan a otras regiones de Siberia y el lejano oriente de Rusia.
Según el viceministro del Ministerio de Emergencias de Rusia, Alexandr Chuprián, los incendios han afectado a casi tres millones de hectáreas de taigá (zona deshabitada) y los rescatistas han detectado 500 focos, que abarcan una superficie cada vez mayor. Este lunes el representante del presidente ruso en Siberia, Serguéi Meniailo, realizó una vídeo conferencia con autoridades de la región.
Siberia
Durante la reunión, se informó que en estos momentos existen 231 focos activos de incendios forestales y arden 1,6 millones de hectáreas. En la región de Krasnoyarsk hay 94 incendios forestales y en Irkutsk 137.
El representante del presidente ruso llamó a tomar medidas adicionales para disminuir la cantidad de humo y ofrecer a los habitantes locales la atención médica necesaria.
Los ecologistas temen un «desastre» por los incendios activos en Siberia desde hace semanas, con ciudades enteras envueltas en un humo negro y un olor agrio, y que amenazan con acelerar el deshielo del Ártico.
Todos los años, gigantescos incendios forestales se desencadenan en las vastas extensiones aisladas de Siberia, y a veces, si la población no está amenazada, las autoridades prefieren no intervenir. Pero los fuegos alcanzaron este año tal magnitud que se teme un impacto medioambiental a largo plazo, incluido en el deshielo del Ártico.
Los incendios han estado provocados por las tormentas secas y un calor «anormal» de 30 ºC que golpearon estas regiones desde julio, los fuertes vientos propagaron estos incendios, hasta afectar a las regiones vecinas, explicó la Agencia Federal de Bosques.
«Me ahogo, tengo vértigos»
«¡El humo es horrible! Me ahogo, tengo vértigos», contó a la cadena Pervy Kanal Raissa Brovkina, una jubilada hospitalizada en Novosibirsk, gran ciudad de Siberia occidental, después de haberse desmayado en plena calle.
El domingo, la humareda llegó al vecino Kazajistán, donde se registró una «concentración de sustancias contaminantes por encima de la normal» en varias ciudades, incluida la capital Nur-Sultán, indicó el servicio meteorológico kazajo.
«La situación con los incendios forestales en la parte oriental de Rusia dejó hace tiempo de ser un problema local […] y se transformó en una catástrofe ecológica a nivel de todo el país«, sdeclaró la ONG por el medio ambiente Greenpeace.
Según la organización, este año ardieron 12 millones de hectáreas, lo que provocó grandes emisiones de CO2 e hizo desaparecer tanto bosque que ya no podrá absorber dióxido de carbono durante un tiempo.
«Además está el problema del hollín que cae sobre el hielo o la nieve, que lo derrite u oscurece y reduce la capacidad de la superficie de reflejar» el calor, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en una declaración a la AFP.
Ártico
Científicos publicaron en Twitter imágenes satelitales de la NASA en las que se ve impresionantes nubes de humo emanando de los incendios y alcanzando zonas del Ártico.
Según Grigori Kuxin, experto de Greenpeace Rusia, el hollín y las cenizas aceleran el deshielo del Ártico y el del permafrost, la capa permanentemente congelada que tiende a reducirse, liberando gases que refuerzan el calentamiento global.
«El efecto de los incendios en el clima es muy preocupante», advirte Grigori Kuxin. «Es comparable a las emisiones de las grandes ciudades. Y esto refuerza el problema de los incendios, cuanto más afectan los fuegos al clima, más favorables son las condiciones para nuevos incendios peligrosos». Su organización pide a las autoridades rusas luchar más contra los fuegos.
La mayoría de los incendios forestales se declaran en «zonas de control», denominación oficial de un área alejada o poco accesible, donde las autoridades deciden extinguirlos si los daños estimados son superiores a los gastos. Sino, se limitan a observar la evolución de la situación.
Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/2019/07/30/5d3fda06fc6c83ca118b456f.html,