Desde Alpedrete, armado con un móvil y con «recursos cero», Javier Peña se ha convertido posiblemente en el mayor ‘influencer’ del clima del mundo con sus vídeos virales de Hope, que han superado el listón de 500 millones de reproducciones en las redes sociales
Esta es la historia de un joven que fue padre y se asomó al futuro con los ojos de su hijo, y con la ventaja de las nuevas tecnologías que hasta entonces le habían permitido ganarse la vida como tantos: haciendo vídeos y webs para otros, moviendo historias en redes sin más. De niño se hizo socio de Greenpeace, eso sí, y siempre le tiraron los pájaros, y flipaba con los DVDs de Félix Rodríguez de la Fuente. Pero nunca pensó dedicarse profesionalmente a eso, hasta que nació su primer hijo en 2018 y sintió al mismo tiempo el impacto del informe del IPCC: nos quedan 12 años para evitar una catástrofe climática.
El joven ha cumplido ya los 35, tiene un segundo hijo y ha cambiado radicalmente su vida en tres años. Desde Alpedrete, armado con un móvil y con «recursos cero», Javier Peña se ha convertido posiblemente en el mayor «influencer» del clima del mundo con sus vídeos virales de Hope. En pie por planeta, que han superado el listón de 500 millones de reproducciones en las redes sociales.
De los incendios en Grecia del pasado verano a los efectos del clima extremo en Texas, del impacto de la pesca de arrastre a la importancia de una naturaleza sana, de los dramáticos cambios registrados por Google Earth en la superficie del planeta a las siete soluciones «absurdamente fáciles» que servirían para reducir un tercio de las emisiones.
Javier Peña tiene la virtud de conectar con audiencia con su mirada apremiante y sus mensajes directos, apoyado en imágenes que lo dicen todo, trasmitiendo la urgencia del momento y permititiendo al mismo tiempo un rayo de esperanza, como antídoto contra el derrotismo, «que es la nueva forma del negacionismo».
«¿Tan difícil es?», se pregunta Javier ante las cámaras, con esa facilidad para comunicar lo que hasta ahora parecía «incomunicable» y que le ha valido el apelativo del «Félix de los millenials»: «Me abruma y me emociona que digan eso… Hablar de Félix son palabras mayores. El ha sido un maestro fundamental para mí, que me ayudado a conocer y amar desde niño la naturaleza de mi país. Como divulgador, si consiguiese a lo largo de mi vida tener un 10% el impacto que tuvo Félix sobre millones de personas, ya me podría morir más que tranquilo».
El año que tenemos a la vuelta de la esquina podría marcar el salto a la estratosfera de Javier Peña con Hope! Estamos a tiempo, la docuserie en 10 capítulos con la aspira a seguir también los pasos del «increíble David Attenborough», de Jacques Cousteau o de su admirado Carl Sagan, que dará precisamente el nombre a un «simulador» con el que los espectadores podrán asomarse a los escenarios del futuro.
«Aunque pareza increíble, nunca se había hecho una serie sobre cómo resolver la crisis climática hasta ahora», explica propio Javier en el trailer de presentación de la serie. Producida por El Gatoverde Producciones, será financiada por crowfunding y se acerca ya al listón de los 100.000 euros, con la meta de llegar a los 125.000 en la primera fase que culmina el 16 de diciembre.
«Estamos a tiempo y sería sencillamente imperdonable no hacerlo», advierte el creador de «Hope!». «Tenemos todo lo necesario para evitar una catástrofe y construir un mundo mejor. Eso es lo que vamos a intentar demostrar con la docusere: cómo debería cambiar el modo en que nos movemos, cómo comemos, cómo cultivamos nuestros almimentos, generamos nuestras energía o climatizamos nuestras casas».
100 SOLUCIONES CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
El punto de partida es el Proyecto Drawdown, una iniciativa lanzada por científicos de prestigio internacional con un inventario de 100 soluciones. «Tenemos también a algunos de nuestros mejores científicos a bordo, desde Fernando Valladares a Emma Huerta del CSIC», apunta Javier Peña. «Vamos a usar lacalizaciones espectaculares, una poderosa narrativa y técnicas cinematográficas innovadoras como la realidad aumentada».
Fuente original: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2021/12/10/61b1cf92fdddffa2398b458b.html