Este aumento de temperatura, de casi el doble de lo que las investigaciones anteriores han sugerido, revela por primera vez las tendencias de calentamiento durante los meses de verano del Hemisferio Sur, es decir, de diciembre a febrero, según los hallazgos de la investigación, publicados esta semana en la revista “Nature Geoscience”.
"Nuestro expediente sugiere que el calentamiento continuo durante el verano en la Antártida Occidental podría alterar el balance de masa superficial de la capa de hielo, por lo que la región podría hacer una contribución aún mayor a la subida del nivel del mar de lo que ya está", explica el profesor de Geografía en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) y senior científico del Centro Byrd de Investigación Polar David Bromwich.
"Incluso sin generar pérdida significativa de masa directamente, el derretimiento de la superficie en el WAIS podría contribuir indirectamente al nivel del mar por el debilitamiento de los estantes de hielo del Antártico Oeste que restringen el flujo de la región natural de hielo en el océano", añade este experto.
"Ya hemos visto que la fusión superficial mejorada contribuye a la ruptura de la plataforma Larsen B del hielo en la Antártida, donde los glaciares en el borde descargado secciones enormes de hielo en el océano que contribuyó a la subida del nivel del mar", dijo Andrew Monaghan, coautor del estudio y científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR). "Los riesgos serían mucho mayores si un evento similar ocurrió a una placa de hielo de restricción uno de los glaciares WAIS enormes".
Los investigadores consideran que la WAIS es especialmente sensible al cambio climático, puesto que como la base de la capa de hielo se sitúa por debajo del nivel del mar es vulnerable al contacto directo con el agua caliente del océano. Su fusión contribuye en la actualidad a que el nivel del mar aumente cada año 0,3 milímetros, segunda tras Groenlandia, que contribuye a elevar el nivel del mar con 0,7 milímetros por año.
En el pasado, los investigadores no han sido capaces de hacer mucho uso de las mediciones de la estación Byrd, a 700 kilómetros del Polo Sur y cerca del centro de la WAIS, porque los datos eran incompletos, ya que faltaba casi un tercio de las observaciones de la temperatura para el período de tiempo del estudio. Desde su creación en 1957, la estación no siempre ha sido ocupada, por lo que se instaló una estación automatizada todo el año en 1980, pero ha sufrido frecuentes cortes de energía, especialmente durante la larga noche polar, cuando sus paneles solares no se pueden recargar.
Bromwich y dos de sus estudiantes graduados, junto con colegas de NCAR y la Universidad de Wisconsin, corrigieron las últimas mediciones de temperatura y la estación Byrd utilizó datos corregidos de un modelo de computadora atmosférica y un método de análisis numérico para completar las observaciones que faltaban. Además de ofrecer una imagen más completa del calentamiento en la Antártida Occidental, el estudio sugiere que si esta tendencia continúa, el deshielo será más extenso de la región en el futuro, dijo Bromwich.
"La Antártida occidental es una de las regiones más rápidas de evolución en la Tierra, pero es también una de las menos conocidas", dijo. "Nuestro estudio pone de relieve la necesidad de una red confiable de observaciones meteorológicas a lo largo de la Antártida occidental, por lo que podemos saber lo que está sucediendo y por qué, con mayor seguridad", concluyó Bromwich.