La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ha hecho una llamda a todos los sectores de la sociedad a intensificar las medidas contra la alta concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.
En un comunicado, Christiana Figueres apuntó que la semana pasada se superó la cifra límite de 400 partes por millón de concentración global de dióxido de carbono en la atmósfera.
Figueres alertó que al sobrepasar ese límite el mundo entró en una nueva zona de peligro en la que urge tomar acciones que tengan en cuenta el bienestar y la seguridad de la humanidad, así como el desarrollo económico.
Indicó que aún existe una oportunidad de evitar los peores efectos del cambio climático, pero eso requerirá medidas más ambiciosas de parte de la comunidad internacional, los gobiernos y el sector de los negocios y las finanzas.
La alta funcionaria subrayó que esa oportunidad se presentará en la próxima reunión del 3 al 14 de junio en Bonn, Alemania, donde los gobiernos se darán cita para negociar un nuevo acuerdo global sobre el cambio climático y para impulsar mayores acciones en ese campo.
España
Por su parte, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), ante esta situación ha denunciado que “la política del Gobierno español contribuirá a que sigan aumentando los niveles de CO2 en la atmósfera debido a que lleva a cabo una política energética en la que apuesta por tecnologías fósiles en detrimento de energías limpias como las energías renovables, que no emiten dióxido de carbono”.
Las diferentes medidas regulatorias adoptadas por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo han supuesto la práctica paralización de las renovables, un sector medioambiental y económicamente sostenible, como demuestra el “Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España en 2011”, elaborado por APPA.
En efecto, las energías renovables evitaron en 2011 la emisión de 38 millones de toneladas de CO2. Asimismo, las renovables evitaron la emisión de otros gases quizá menos conocidos pero más nocivos para la salud. Se trata del dióxido de azufre (SO2) y el óxido de nitrógeno (NOx), de los que evitaron la emisión a la atmósfera de 45 y 28 millones de toneladas, respectivamente.
Las energías renovables son también económicamente sostenibles, ya que sus beneficios económicos son muy superiores a sus costes. Sólo en la reducción del precio del mercado diario, estas tecnologías ahorraron 7.067 millones de euros más que las primas recibidas en el periodo 2015-20011. En el ejercicio 2011, el sector de la las energías renovables, con 10.244 millones de euros, representó el 0,95% del Producto Interior Bruto español.