Se avecina un verano seco e inconveniente para California. Según el último informe sobre sequía elaborado por la Universidad de Nebraska-Lincoln y autoridades gubernamentales de Estados Unidos, los dos embalses más grandes del Estado más poblado del país se encuentran en niveles «críticamente bajos» justo al comienzo de la llamada estación seca.
El lago Shasta, que puede llegar a subir 300 metros por encima del nivel del mar cuando está lleno, actualmente está al 40% de su capacidad, su peor nivel a estas alturas del año desde que existen registros. Y el lago Oroville, una de las principales fuentes de abastecimiento del sur de California, se encuentra al 55%. Los medios locales ya hablan de «megasequía» a raíz de una situación que ya entra en su tercer año, la peor en la historia de California tras superar el periodo anterior, entre 2012 y 2017.
California
Los recortes voluntarios que solicitó el verano pesado el gobernador de California, Gavin Newsom, se han vuelto obligatorios en algunas partes del Estado. En el sur ya se ha declarado el estado de emergencia, lo que limita el el uso de agua para riego a un solo día a la semana a partir de ayer miércoles, 1 de junio. Los recortes afectarán a 6 millones de personas en partes de los condados de Los Angeles, San Bernardino y Ventura. «Estamos viendo condiciones que no habíamos visto antes», indica Adel Hagekhalil, jefe regional del Distrito de Agua Metropolitano del Sur de California. «Necesitamos serias reducciones en el consumo de agua».
No solo California se está viendo afectada por la falta de lluvias y las condiciones climáticas que está imponiendo el calentamiento global. El lago Mead, la mayor reserva de EEUU en términos de capacidad -situado a 40 kilómetros al este de Las Vegas- está en su nivel más bajo desde 1937 tras la decepcionante temporada de lluvias. Apenas superaba el 30% el pasado 3 de mayo. En la cuenca del Río Grande, el embalse Elephant Butte de Nuevo México, registraba un pírrico 13% hace una semana, por lo que es previsible que comiencen en breve los recortes en esa región.
Tan poca agua queda en el lago Mead que una embarcación se topó la semana pasada con un barril que contenía restos humanos, evidencia de un asesinato cometido hace décadas aprovechando la profundidad del lago. La policía local encontró más restos el pasado sábado.
Advertencias sobre los daños
Semejante panorama es la constatación de las advertencias de científicos y expertos desde hace años. «No hay suficiente agua para mantener el modelo actual. Es insostenible y todo el mundo lo sabe, desde los políticos hasta los propios agricultores», decía hace un año a este diario Ángel Fernández-Bou, ingeniero agrónomo e investigador de la Universidad de California Merced.
Los decepcionantes registros de lluvia en los últimos meses están prolongando la crisis, con muchas partes de California en condiciones de sequía extrema o excepcional. Los tres primeros meses del año fueron los más secos en la historia estatal. Y las cumbres nevadas se han derretido a mayor velocidad de lo esperado por las altas temperaturas. Un panorama desolador.
Fuente: PABLO SCARPELLINI / EL MUNDO
Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2022/06/01/627a3e80e4d4d85d418b45d1.html