Según los resultados, que aparecen publicados en la revista Geophysical Research Letters, el 77% de las comunidades de plancton sufren, de media, un incremento del 38,5% en su producción neta cuando están expuestas a la radiación ultravioleta natural.
El trabajo profundiza en las consecuencias del aumento de radiación ultravioleta en este océano después de que en 2011 se documentase un agujero en la capa de ozono. “Nuestros resultados, basados en 26 experimentos en diferentes regiones del océano ártico oriental, revelan que la radiación ultravioleta tiene impacto en la producción neta de las comunidades planctónicas en el Ártico. En concreto, la radiación ultravioleta de tipo B aumenta los niveles de esta producción en comparación con aquellas comunidades que no reciben esta radiación”, comenta el investigador del CSIC Carlos Duarte.
Comunidades autotróficas
Esta radiación tiende a transformar las comunidades de plancton en autotróficas, que son capaces de retirar CO2 de la atmósfera, al contrario de lo que sucede en el Pacífico, Atlántico o en el Mediterráneo, donde las comunidades liberan CO2 cuando están expuestas a la radiación ultravioleta. Los investigadores demuestran experimentalmente que esta característica diferencial del Ártico se explica por la inhibición de la respiración bacteriana durante el verano ártico, con 24 horas de exposición al Sol, sin que puedan recuperarse del estrés debido a la radiación ultravioleta.
“El periodo nocturno es fundamental para la recuperación del daño producido por la radiación ultravioleta B. El calentamiento en el Ártico llevará previsiblemente a que disminuya la producción neta del plancton, pero nuestros resultados muestran que el incremento de esta radiación puede llegar a compensar parcialmente este efecto negativo en las aguas superficiales”, indica Duarte.
Los experimentos se llevaron a cabo durante tres expediciones en el Ártico, incluyendo la navegación del Hespérides entre el 1 y el 25 de julio de 2007 en el marco del proyecto ATOS; la expedición ATP de 2012 y ARCTICMET en junio de 2012, a bordo del buque noruego Helmer Hanssen.
Los resultados sugieren que la tendencia al alza de radiación ultravioleta B en las aguas superficiales del Ártico incrementa la producción neta del plancton, mejorando la capacidad de captura del CO2 y la producción de nutrientes para el resto de la cadena alimentaria. “Es un cambio más de los que ya se están produciendo en el océano ártico y podría ser uno de los elementos clave para atenuar la tendencia a que las comunidades de plancton árticas pasen a ser fuentes de CO2 debido al cambio climático”, señala la investigadora del CSIC Susana Agustí.