Las cataratas del Niágara son tres: la de la parte de Ontario, la de Nueva York, y la más pequeña, “la catarata Velo de Novia”. El conjunto, en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, forma uno de esos paisajes maravillosos con los que nos suele regalar la naturaleza.
No obstante, se ha convertido en multitud de ocasiones en escenario natural para el rodaje de películas tan famosas como “Piratas del Caribe”, por ejemplo. Pero, tal vez, la imagen invernal de las Cataratas del Niágara congeladas sea la más espectacular de todas.
Cuando el frío se acentúa en el norte de América, las cataratas del Niágara dejan un sorprendente espectáculo. A pesar de que las recientes temperaturas por debajo de cero han dejado un paisaje más propio del fantástico mundo de Frozen, la verdad es que no se han congelado por completo como sí ocurrió, según registros, en 1948. Fue la única vez que el hielo retuvo el poderoso caudal del Río Niágara.