Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron en España en 2007 un 1,8 por ciento respecto al año anterior y alcanzan ya el 52,3 por ciento respecto a 1990 (año que el Protocolo de Kioto considera como base), según el informe Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España 1990-2007, presentado ayer en rueda de prensa por Fernando Rodrigo, coordinador de la Secretaría de Medio Ambiente y Salud Laboral de CCOO, y José Santamarta, director de la edición española de la revista World Watch.
Con este escenario es muy difícil cumplir el Protocolo de Kioto, que permite a España un incremento del 15 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a 1990. Según las previsiones de CCOO, realizadas a partir del análisis detallado de las políticas adoptadas por el Gobierno y los escenarios contemplados en los diversos planes ministeriales elaborados en la pasada legislatura, para el periodo 2008-2012 las emisiones en España superarán en un 45 por ciento a las del año base. No se lograría, por tanto, el objetivo previsto en el II Plan Nacional de Asignación (PNA), que contempla un 37 por ciento de incremento respecto al año base. De confirmarse esta tendencia, España –el país industrializado donde más han aumentado las emisiones- deberá acudir a los tres mecanismos de flexibilidad contemplados en el Protocolo de Kioto, lo que puede tener un coste de cerca de 4.000 millones de euros.
El aumento de las emisiones de los seis gases y para todos los usos en el año 2007 no puede imputarse a un año hidráulico relativamente malo, dado que la producción hidroeléctrica fue un 6,4 por cierto superior a la del año 2006. El consumo de energía primaria aumentó en 2007 un 1,8 por ciento, aunque el consumo de carbón creció un 8,8 por ciento y el de gas natural un 4,3 por ciento, mientras que el consumo de petróleo, a causa del aumento de los precios, apenas creció un 0,7 por ciento.
El responsable de Medio Ambiente de CCOO, Fernando Rodrigo, ha señalado durante la rueda de prensa que los malos datos de emisiones afectan a todo el Gobierno y no sólo al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Rodrigo ha pedido a la ministra Elena Espinosa que convoque de manera urgente el Consejo Asesor de Medio Ambiente y el Consejo Nacional del Clima "para que la sociedad civil conozca y debata las medidas del Gobierno para hacer frente al cambio climático, uno de los ejes de esta legislatura, según el propio presidente".
Las emisiones de GEI de 2007 habrían sido mucho mayores de no haber sido por el desarrollo de la energía eólica que, en 2007, representó el 8,7 por ciento de la generación eléctrica, con un aumento del 16,3 por ciento respecto a 2006, y evitó la emisión de 26 millones de toneladas de CO2 si esa electricidad se hubiera tenido que producir en centrales de carbón.
Evolución de las emisiones por sectores
Por sectores, las emisiones totales en dióxido de carbono (CO2) equivalente en España entre 1990 y 2007 han sido las siguientes:
· Sector energético. Es el mayor responsable del conjunto de las emisiones, y el auténtico nudo gordiano, pues en 2007 representó el 78,7 por ciento del total, con un aumento del 63,4 por ciento respecto a 1990. Las mayores emisiones se deben a la generación de electricidad y al transporte por carretera. En el transporte por carretera las emisiones están desbocadas, pues se han duplicado desde 1990 (crecieron un 97 por ciento entre 1990 y 2007).
· Los procesos industriales distintos a la combustión, como la producción de cemento, industria química y metalúrgica, representaron en 2007 el 8 por ciento, con un aumento del 33 por ciento respecto al año base de 1990, inferior a la media.
· Los disolventes y otros productos sólo representan el 0,3 por ciento del total, y han aumentado un 9 por ciento respecto al año base.
· La agricultura y la ganadería representan el 10,6 por ciento del total de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente, con un aumento del 14 por ciento respecto al año base, muy inferior al de los otros sectores emisores.
· Los residuos representan el 2,9 por ciento del total de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente, con un aumento del 74 por ciento respecto al año base. Las emisiones de metano son las más importantes.
Propuestas de CCOO
Tras el pequeño paréntesis de 2006, en 2007 las emisiones de gases de efecto invernadero han vuelto a aumentar. Para cambiar la tendencia, se debe implicar a todas las administraciones y agentes económicos y sociales y cambiar muchas de las políticas que se han venido desarrollando hasta ahora. En este sentido, las energías renovables, la eficiencia energética y el transporte sostenible son claves para prevenir el cambio climático.
Para alcanzar los objetivos internacionales de reducción de emisiones se requieren no sólo políticas gubernamentales, sino la colaboración de todas las administraciones locales y autonómicas, empresas y agentes sociales, para avanzar hacia un modelo energético más eficiente y cada vez más descarbonizado. Habrá que adoptar medidas de fiscalidad energética y mantener las primas destinadas a la cogeneración y a las energías renovables, así como aplicar y desarrollar en profundidad la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia. Horizonte 2007-2012-2020 y la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética 2004-2012 (E4) que habrán de complementarse con nuevas actuaciones y medidas.
Será necesaria la aprobación de una Ley de Ahorro y Eficiencia Energética como la que han presentado CCOO y otras organizaciones sociales, que siente las bases para limitar el despilfarro energético, fundamentalmente en los sectores difusos, que es donde más está aumentando el consumo. CCOO pide que se apruebe una ley sobre energías renovables, que cree un marco legal básico estable para el desarrollo de este tipo de energías y que no esté sujeto a tantos cambios e incertidumbres.
El sector de la edificación debería también reducir sus emisiones. Para ello de debería cumplir de manera estricta la normativa recientemente aprobada como el Código Técnico de la Edificación (CTE), el Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios (RITE) y la normativa sobre certificación energética. Además, es necesario un gran plan de rehabilitación de edificios con criterios de eficiencia energética, que incluya no sólo viviendas, sino también edificios industriales, de servicios y de las administraciones públicas.
En materia de transporte, aparte de favorecer a corto plazo los vehículos híbridos y eléctricos, es necesaria una reorientación hacia modos de transporte más eficientes, como el ferrocarril, el transporte público y los modos no motorizados, y las actuaciones encaminadas a la gestión de la demanda y la moderación de la movilidad.
El ferrocarril debería elevar su participación tanto en mercancías como en viajeros, pero para ello hace falta desarrollar inversiones necesarias para mejorar el conjunto de la red, especialmente cercanías y regionales.
CCOO y otras organizaciones hemos presentado una propuesta de Ley de Movilidad Sostenible que, entre otras medidas, contempla la obligación de poner en marcha planes de movilidad, tanto a nivel autonómico, como local y de empresas y polígonos industriales.