Los datos forman parte de un estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), enmarcado en el proyecto Montes-Consolider, que se presentó ayer en Barcelona y que, por primera vez, ha calculado por provincias la capacidad que tienen los bosques para actuar de sumidero de CO2 y mitigar así el calentamiento global.

La capacidad de retención de uno de los gases más perjudiciales para el cambio climático varía en función de la zona y, de este modo, los expertos calculan que en el norte de España la fijación de los bosques es de 7 toneladas por hectárea y año, mientras que en el sur esta cifra se reduce hasta las 2 toneladas.

Por provincias, Lugo, La Coruña y Girona son las que más CO2 retienen, cerca de 2,5 millones de toneladas, mientras que Valladolid, Málaga y Alicante son las que menos, ya que no llegan a 0,5 millones.

El estudio, que publica la revista “Global Change Biology”, ha analizado más de 22.000 parcelas de bosque con datos comparables entre 1986 y 2008, y se trata de una de las herramientas clave para calcular en un futuro las cantidades de CO2 sujetas al comercio internacional de derechos de emisión y para la confección de políticas de mitigación del cambio climático.

El investigador del Creaf Jordi Martínez-Vilalta, ha explicado que está previsto que la capacidad de absorción se mantenga en los próximos años, aunque escenarios futuros que describen un aumento de las temperaturas y una disminución de las lluvias podrían provocar que hacia finales de siglo los bosques pasen a ser emisores de CO2, en lugar de fijadores.

De hecho, en los últimos 30 años se calcula que en España ha aumentado un grado centígrado la temperatura media y han disminuido un 6% las lluvias, lo que acrecenta la vulnerabilidad de los árboles, especialmente en las zonas húmedas del norte, que es donde existe una tasa de crecimiento superior.

En el contexto mundial se calcula que los bosques retienen el 25% del CO2 que se produce, diez puntos por encima de España, gracias al papel que juegan los bosques tropicales y las grandes masas forestales de zonas como Siberia, aunque los expertos han constatado que la selva amazónica actuó como emisor en periodos de sequía concretos durante 2005 y 2010, ha recordado Martínez-Vilalta.

Gestión clave

La directora general de Políticas Ambientales de la Generalitat, Marta Subirà, ha recordado la importancia de estudios como el presentado para elaborar políticas adecuadas de mitigación del cambio climático, en un contexto en el que se tiene la certeza de que la gestión de los bosques es un elemento "clave" para asegurar su papel como sumideros de CO2.

De hecho, los bosques españoles son relativamente jóvenes, lo que favorece su capacidad de crecimiento y absorción, por lo que un correcto aclarado de las masas arboladas puede favorecer el crecimiento y la captación global de CO2, en función de la zona y la especie.

El director del Creaf, Javier Retana, por su parte, ha agradecido el apoyo de la Generalitat para elaborar este tipo de trabajos, y ha recordado que trabajos como el presentado demuestran que la investigación de excelencia está al servicio de la sociedad para ayudar a resolver interrogantes concretos.



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