La alternativa al carbón, está en el territorio, en su capital humano. Esta zona cuenta con un importante movimiento asociativo y con jóvenes sobradamente preparados y lo mejor de todo, con ganas de seguir adelante desde sus pueblos.
Hay ideas, personas, colectivos, entidades y emprendedores para llevarlas a cabo. Los nuevos fondos deben de ponerse a trabajar al servicio de todos ellos.
El Centro de Estudios Ambientales ITACA en Andorra y ECODES han facilitado un proceso participativo, todavía no concluido, en el que han intervenido a lo largo de dos sesiones (julio/noviembre) actores políticos, sociales y económicos de la zona, y donde se ha reflexionado sobre la necesidad de diseñar una estrategia de transición justa, que ayude a salir progresivamente del carbón, siempre garantizando la viabilidad de una nueva economía y la calidad de vida de sus habitantes.
La negativa de Endesa a utilizar el carbón de Mequinenza ha vuelto a poner en primera página la crisis del carbón. La explotación de este recurso natural ha impulsado las economías de unos cuantos pueblos aragoneses, pero sabíamos que este motor económico tenía fecha de caducidad. Conscientes de la dificultad de encontrar alternativas al monocultivo del carbón, se utilizaron muchos fondos públicos, que, desafortunadamente no han dado resultado. No han conseguido en general, sembrar la semilla de desarrollo. La mayoría de las veces su rentalibilidad ha sido nula siendo aprovechados por empresas que solamente han mirado la rentabilidad cortoplacista. Sus intereses no estaban en el territorio, estaban en su cuenta de resultados.
En el punto donde nos encontramos debemos hacer un diagnóstico de situación, para corregir los errores cometidos, pero este análisis no debe anclarnos en el pesimismo, en la apatía y en el desánimo, justamente debe de servir para saber lo que debemos hacer.
Queremos un territorio con futuro, basado en un “Desarrollo endógeno, desde, para y con el territorio”, para lograrlo contamos con un gran valor, el recurso humano, que debe ser quien diseñe su estrategia sin esperar a que vengan grandes empresas que aseguren su futuro.
Hay ideas vinculadas con el territorio: cooperativas agrícolas con un planteamiento holístico, que integren la producción, manipulación y el consumo local; propuestas diversas en torno a la gestión y los aprovechamientos forestales , iniciativas basadas en un turismo de calidad que apueste por la cultura, el patrimonio natural y el paisaje; la puesta en valor de uno de los proyectos más identificativos de esta comarca como son las restauraciones paisajísticas de las explotaciones mineras; ….entre muchas otras.
El proceso continua y en breve se organizarán grupos de trabajo para consolidar y hacer viables estas propuestas cuyo denominador común es la sostenibilidad, social, económica y ambiental.
Con dignidad, con esperanza, rescatemos del olvido el Manifiesto por la Sostenibilidad de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, suscrito por todos en 2003.