Un estudio publicado en la revista Ecological Monographs alerta de que el cambio climático transformará el régimen de incendios en los próximos años, provocando fenómenos más intensos y una deforestación mayor por la disminución de la capacidad de recuperación de los bosques mediterráneos. El trabajo está liderado por la Universidad de Lleida y participan investigadores de la UNED.
Europa ha perdido más de tres millones de hectáreas de bosque mediterráneo en los últimos 15 años, tal y como recuerda el estudio, en el que se advierte de la transformación que experimentarán los incendios en los próximos años debido al cambio climático.
“Ya estamos viendo una transformación en las características de estos fenómenos”, señala el coordinador del trabajo, Víctor Resco de Dios. “Por ejemplo, los fuegos en bosques de media montaña, tradicionalmente de baja intensidad y fáciles de apagar, están adquiriendo una intensidad que puede superar nuestra capacidad de extinción”.
La vegetación (el combustible) está cada vez más seca y, por lo tanto, es más propensa al fuego. “Si la cantidad de árboles que han sufrido falta de agua en bosques de media o alta montaña sigue aumentando en los próximos años, podemos encontrarnos con incendios aún más graves que los de la década de los 80”, comenta el experto.
Por su parte, Rubén Díaz, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNED, señala que es probable que la capacidad de recuperación de los bosques mediterráneos tras un incendio disminuya durante este siglo, por ejemplo en encinas y hayas, que tendrán dificultades para rebrotar por el efecto combinado de la escasez de agua y el fuego.
“Esto se conoce como el síndrome del agotamiento del rebrote, que se produce cuando un árbol que ya ha sufrido escasez de agua por la sequía pierde su capacidad volver a crecer después de un incendio”, dice el investigador.
Falsas creencias
El estudio, en el que también han participado las universidades de Zaragoza, Western Sydney (Australia) y Utrecht (Holanda), pone en duda creencias relativas a los incendios de Galicia y Portugal. “No existen suficientes evidencias en la literatura científica que indiquen que algunas especies son más inflamables que otras”, señalan los expertos. “Calificar al pino de especie pirófita (que promueve el fuego) es absurdo, ya que la gran mayoría de especies de pinos mueren tras el incendio y son incapaces de regenerar posteriormente”.