El cambio climático es cada vez más evidente, cada vez más dañino y sus efectos son cada vez más devastadores. Sin embargo, los esfuerzos por reducirlo no se están llevando a cabo, o al menos no lo suficiente como se debería. Cada vez hay más olas de calor, que se han duplicado en los últimos cuarenta años; y más noches tórridas, que se han multiplicado por diez desde 1970.
A cambio, menos lluvias, pero eso sí, torrenciales en el litoral mediterráneo, como ha ocurrido hasta en dos ocasiones con especial virulencia a finales de 2019 y principios de este año.
Estas son algunas de las principales conclusiones del Informe Anual de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El documento destaca que durante las últimas cinco décadas las temperaturas en España han aumentado un grado y medio de media, y que las precipitaciones se han reducido en muchos puntos del país, especialmente del sur y sureste.
El 2019 fue el segundo año más cálido en el planeta y el más cálido en Europa. Los primeros cinco meses de 2020 han sido los más cálidos desde que hay registros. Y el verano será probablemente más cálido de lo habitual en el sur peninsular, Baleares y Canarias y más seco de lo normal en toda España.
Olas de calor: consecuencia del calentamiento global
Los investigadores han desarrollado un complejo modelo estadístico que explica el aumento de las temperaturas extremas como una consecuencia del calentamiento global. Este aumento ha sido particularmente pronunciado a lo largo de los últimos 40 años, debido a un incremento en la tendencia del cambio climático.
Actualmente el incremento de las temperaturas, sobre todo en verano, es ya tan acusado que la mayoría de los récords mensuales son debidos al calentamiento global.
Si el calentamiento global continúa al ritmo observado, en 30 años el número de récords podría ser de hasta 12 veces superior al que se daría sin el cambio climático.
Que haga calor en verano no es noticia y tampoco lo es que se bata un récord de temperatura. Pero que las marcas históricas salten por los aires con cada vez más frecuencia está estrechamente ligado con el cambio climático. Y en este registro tienen mucho que ver las olas de calor, que se repiten con más intensidad.
Con los termómetros listos para dispararse, si algo va a diferenciar este episodio de calor de los anteriores es que se van a tener que combinar las altas temperaturas con el uso de la mascarilla. Aunque haya alerta por calor, este elemento de protección frente a la COVID-19 sigue siendo obligatorio.
Fuente: STOP CAMBIO CLIMÁTICO,
Artículo de referencia: https://www.stopcambioclimatico.es/2020/07/10/olas-de-calor-y-fenomenos-de-gran-impacto-la-nueva-normalidad/,