Herramienta pionera
La Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) dió ayer luz verde a la última versión de la Estrategia de Gestión Portuario Litoral de Asturias (EIGPLA), tras haber integrado los cambios resultantes de las 35 alegaciones presentadas durante el periodo de información pública. Los cambios afectan de forma sustancial a los puertos de Tapia de Casariego, Puerto de Vega, Viavélez, Luarca, Candás y Ribadesella y motivan la inclusión de pequeñas modificaciones en la planificación de algunos otros. El trabajo recoge, además, en uno de sus anexos, una herramienta científica pionera en España para conocer los riesgos derivados del cambio climático sobre los sistemas socioeconómicos y naturales del litoral asturiano, y para avanzar en su adaptación.
El documento, con características y contenidos propios de una estrategia y de un plan territorial especial, apuesta por una gestión integrada de los puertos y el litoral. El trabajo defiende la diversificación económica en las actividades vinculadas a la costa, analiza los efectos del cambio climático e incluye medidas de prevención de otros riesgos naturales.
La estrategia recoge 110 medidas u orientaciones para aplicar en la franja litoral en sentido extenso, delimitada en el lado del mar por las aguas interiores del Principado y en la tierra por las parroquias incluidas total o parcialmente en el litoral. Esto se traduce en una superficie de 1.650 kilómetros cuadrados (el 15,57% de la superficie de Asturias), en la que vive el 47,11% de la población. Por concejos, afecta a 25 ayuntamientos: los 21 de costa y cuatro más. Se trata de los siguientes: Avilés, Cabranes, Caravia, Carreño, Castrillón, Castropol, Coaña, Colunga, Corvera, Cudillero, El Franco, Gijón, Gozón, Illas, Valdés, Llanes, Muros de Nalón, Navia, Pravia, Ribadedeva, Ribadesella, Soto del Barco, Tapia de Casariego, Vegadeo y Villaviciosa.
Jornada de divulgación
Con motivo de esta segunda aprobación inicial, la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente organizó ayer la jornada "Afecciones del cambio climático a la costa de Asturias. Estrategias de adaptación". La sesión, presentada por la consejera, Belén Fernández, ha contado con las ponencias de Ángel Muñoz, subdirector general para la Protección de la Costa del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, responsable de desgranar la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático de la Costa Española, y de Iñigo J. Losada, director de investigación del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, quien ha presentado una novedosa evaluación de los riesgos del cambio climático en la costa asturiana, incluido como anexo VII de la EIGPLA. Esta herramienta, elaborada por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, es fruto de un convenio entre el Gobierno de Asturias y el ministerio y se convertirá en un instrumento básico para avanzar en los trabajos de adaptación en la costa.
Durante la sesión, se ha señalado el cambio climático como un elemento prioritario en la organización de la Estrategia, necesariamente presente en las decisiones que afecten al litoral. Muestra de ello, el trabajo prevé actuaciones en los puertos asturianos, a los que próximamente se dotará de un plan de adaptación, y medidas de protección de la costa ante la amenaza que el calentamiento global representa para el litoral asturiano, expuesto al progresivo aumento del nivel del mar y a unos temporales que crecen en frecuencia.
La consejera ha destacado la importancia de las distintas estrategias y políticas de conservación del litoral impulsadas desde el Gobierno de Asturias, que han permitido que la comunidad cuente con la costa mejor conservada de España, con un porcentaje de urbanización de apenas el 9%. También ha reconocido que mantener una posición de vanguardia en la ordenación y la gestión del litoral requiere de la asunción de nuevos compromisos y desafíos que ayuden a cumplir con los objetivos de la Cumbre de París, un acuerdo histórico en la lucha contra el cambio climático para contener el aumento de la temperatura de la Tierra, merecedor, este año, del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.