Malestar han generado las recientes declaraciones de la ministra de Ambiente, Luz Helena Sarmiento, con respecto a la sequía que azota a Casanare, específicamente el municipio de Paz de Ariporo y que deja más de 20 mil animales muertos, entre chigüiros y ganado,como consecuencia de la desaparición de lagunas y pantanos de donde se abastecían de agua.
“El tema de Casanare no fue la tragedia que presentaron”, expresó la ministra al ser cuestionada por los medios de comunicación y agregó que “en Casanare hace 40 años se está presentando este tipo de verano, es más, en criticidad el 2014 es el séptimo año en 4 décadas”.
Igualmente, explicó que “nosotros tenemos en Casanare una población aproximada de un millón de chigüiros y se murieron 6 mil chigüiros. Venezuela tiene una población de 4 millones de chigüiros y se le murieron 1, 000,200 en esta misma época”.
En este mismo sentido se había pronunciado Brigitte Baptiste, la directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. "La pérdida de fauna silvestre es normal durante esta temporada seca”, dijo e insistió además que dicha situación no tienen nada que ver la explotación petrolera. “Estas compañías eventualmente perforan pozos y afectan aguas subterráneas con actividades que no están relacionadas con esta sequía que es superficial”.
En la misma dirección se ha manifestado el director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Omar Franco, quien aseguró que "el fuerte verano que vive el Casanare es normal”. Sin embargo, explicó a El Espectador que la falta de planeación (para aprovechar el agua que baña a esa zona del país durante siete meses) indiscutiblemente agravó la situación.
Lo cierto es que varios ambientalistas han comenzado a criticar las declaraciones de estas instituciones mientras que entres de control como la Fiscalía y Procuraduría tratan de hallar culpables de esta -catalogada- emergencia ambiental
