La década de 2000 a 2009 ha sido la más cálida registrada hasta ahora en el Atlántico Norte. Sin embargo, en el curso de la misma década, el ritmo de incremento del calentamiento se ha ido aminorado. Así, los años con mayor aumento de temperatura se concentran en la primera mitad, disminuyendo el ritmo de aumento al final de la década. En el Golfo de Vizcaya el aumento es de aproximadamente 0,3 º C por década en la aguas mas superficiales y de alrededor de 0,2º C por década en las de hasta 1.000 metros de profundidad. En contraste, el calentamiento en la regiones más boreales ha sido superior, pudiendo llegar incluso a 1 º C por década.
Por otra parte, queda claro que este proceso de calentamiento está afectando especialmente al plancton en el Atlántico Norte en dos sentidos: por un lado, se producen cambios en la proporción de las distintas especies marinas presentes en las aguas; por otro, hay también cambios en la estructura de tamaños de las comunidades planctónicas, aumentando la proporción de los organismos vivos más pequeños. Por ejemplo, se ha incrementando la proporción de bacterias. Estos cambios en los niveles de base de la cadena trófica pueden afectar al resto de dicha cadena – debido a que sucesivamente los seres vivos mayores se alimentan de los más pequeños -, hasta alcanzar la totalidad de los organismos marinos del Atlántico Norte, incluidas las especies de interés pesquero.
Por ejemplo, en el Simposio se ha confirmado que existe un cambio en la migración de la caballa, que ha adelantando su llegada al Cantábrico para reproducirse. Este hecho puede estar relacionado con el calentamiento y los cambios en la cadena trófica.
En general, todos los indicios parecen confirmar que se está incrementado la influencia de las zonas subtropicales del Atlántico Norte sobre las zonas subsolares.