En plena temporada alta de disfrute de las playas, WWF llama la atención sobre el peligro al que se enfrenta el litoral español. Como consecuencia del cambio climático, el nivel del mar puede llegar a aumentar hasta 59 cm más durante este siglo en el peor de los escenarios. Este incremento pondría en grave riesgo tanto a los ecosistemas como a las poblaciones que viven en las zonas costeras, que es, además, donde se espera un mayor crecimiento de la población. Con la campaña #NiUnGradoMás, WWF analiza estos impactos y ofrece soluciones para evitar los devastadores efectos del cambio climático. WWF anima a los ciudadanos a firmar la petición online para poner freno al cambio climático y pedir al gobierno que defienda y aplique un modelo energético 100% renovable.
Los pronósticos científicos para España indican un aumento de las temperaturas para finales de siglo de hasta 3-5ºC. Este incremento de la temperatura global es solo uno de los efectos del cambio climático. Otras consecuencias, que ya se están apreciando en nuestras costas, son el aumento del nivel del mar, que puede provocar inundaciones, el aumento de la frecuencia e intensidad de temporales, cambios en la dirección y fuerza del oleaje, junto a otros efectos como la acidificación de los mares.
WWF alerta de que en este escenario, de aumento del nivel del mar en 6 cm para 2040, los retrocesos de la línea de costa serán de 3 metros en las costas cantábricas y gallegas, de 2 metros en el Golfo de Cádiz, y entre 1-2 metros en las islas Canarias y en la fachada Mediterránea.
En España las zonas costeras son las que cuentan con una mayor densidad de población y el peso socioeconómico de estas áreas, debido principalmente al turismo, es de vital importancia para el conjunto del país. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, una costa bien conservada genera puestos de trabajo y beneficios de unos 8.000 millones de euros al año, lo que supone un 10% del PIB del país. Por el contrario, una costa en mal estado significa un aumento del riesgo para la población que vive en estas áreas y es una pérdida constante de dinero público que se destina a restaurar playas, paseos marítimos o infraestructuras costeras. Estos datos evidencian la importancia de preservar el litoral, en un país que cuenta con más de 8.000 km de costa y donde vive casi casi el 60% de la población española, es decir, unos 23 millones de personas.
A nivel global, la temperatura superficial del mar ha aumentado en el 70% de su superficie y sus consecuencias ya se aprecian en la distribución de los ecosistemas costeros y marinos. Importantes hábitats, como playas, sistemas dunares, lagunas costeras, humedales, marismas, marjales, salinas, rías o praderas submarinas, ya se están desplazando y alterando debido a los efectos del cambio climático.
WWF recuerda que todos estos ecosistemas costeros cumplen funciones ecológicas esenciales para muchos organismos. Pero también nos provén de alimento, materias primas, medicinas, calidad de aguas, usos recreativos, además de regular el clima, ya que fijan CO2 de forma estable, siendo un sumidero neto de carbono que contribuye a la mitigación del cambio climático.
La campaña de WWF ‘Ni un grado más’ es una llamada a la acción ciudadana para presionar a los gobiernos y conseguir un acuerdo climático ambicioso en la Cumbre del Clima en París (COP 21) que evite los peores impactos del cambio climático. WWF asegura que es necesario limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5ºC respecto a las temperaturas preindustriales para evitar impactos catastróficos en regiones vulnerables, como la región mediterránea. Ya hemos incrementado casi 1ºC y si seguimos con la tendencia actual, aumentaremos 4ºC. Por ello, WWF insiste en la necesidad de no aumentar la temperatura del planeta #NiUnGradoMás.