Por Alicia Ruiz de la Sierra
Xosé Anxelu G. Morán, investigador del Centro Oceanográfico de Gijón, ha publicado junto a David Kirchman de la Universidad de Delaware y Hugh Ducklow del Instituto Woods Hole de Massachusetts el artículo Microbial growth in the polar oceans — role of temperature and potential impact of climate change en la revista Nature Reviews Microbiology.
Este es el resultado de un estudio de flujos oceanográficos donde los autores intentan resolver la controversia acerca del efecto de la temperatura y el suministro de carbono orgánico sobre el crecimiento de las bacterias heterotróficas del plancton y su papel en los ecosistemas oceánicos polares.
El bacterioplancton heterotrófico es responsable del consumo de aproximadamente la mitad de la producción primaria marina generada en los océanos, por lo que juega un papel determinante en los ecosistemas y en el ciclo biogeoquímico del carbono, fundamental para conocer la evolución del cambio climático
En el 2008, Xosé Anxelu pasaba un “año sabático en EEUU”. Allí surgió la colaboración entre este, David Kirchman y Hugh Ducklow para tratar de encontrar los causas de las diferencias entre aguas polares y otros océanos, en cuanto al crecimiento de las bacterias heterotróficas del plancton y su papel en los ecosistemas oceánicos polares. "Los americanos disponían de una base de datos muy amplia gracias a las diferentes expediciones que David K. realizó en los noventa por diferentes mares y océanos". Así, han comparado las aguas de la Antártida, el ártico Occidental, el ártico Norte, el mar Arábigo y el Pacífico Oriental.
"A través del análisis de los datos obtenidos en dichas aguas se ha intentado despejar la siguiente incógnita: ¿cuál es la principal causa de que las bacterias de aguas polares sean menos activas y tengan un papel menor en el ciclo del carbón?" La respuesta que han encontrado estos tres investigadores, tras la realización del estudio, es "la falta de materia orgánica disuelta lábil (fácilmente asimilable por las bacterias) en la zona" como principal motivo de la inactividad de las bacterias, y no las bajas temperaturas, como estudios anteriores sugerían.
Además, llegan a una predicción especulativa sobre cómo responderán los ecosistemas polares árticos y antárticos al cambio climático, donde se observa un aumento de temperatura terrestre más aguda que en otras zonas. Del estudio se desprende que una subida de grados supondrá la disminución del hielo marino, con lo que las algas tiendrán más opciones de reproducirse, a su vez, habrá una mayor estratificación superficial de la columna de agua que supondrá cambios en los flujos de materia orgánica lábil y así aumentrán los nutrientes que necesitan los microorganismos, base de las redes tróficas polares.