Descubiertos en el Sistema Solar dos posibles mundos oceánicos
La NASA está centrando sus esfuerzos en buscar vida extraterrestre en el Sistema Solar y más allá. Y la vida, tal como la entendemos, depende de tres factores principales: agua líquida, una fuente de energía para el metabolismo y los ingredientes químicos adecuados, principalmente carbón, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre. En el Sistema Solar hay dos posibles mundos oceánicos que reúnen algunos de estos requisitos, necesarios para que un lugar sea habitable.
Encélado y Europa, dos satélites de Saturno y Júpiter respectivamente, son los candidatos más fiables, según ha revelado hoy la NASA. "Nunca hemos estado tan cerca de detectar un lugar con algunos de los ingredientes necesarios para que un entorno sea habitable", dice Thomas Zurbuchen, un astrofísico de la NASA.
El gas hidrógeno, que potencialmente podría proporcionar una fuente de energía química para la vida, se reparte por el océano que habría en el subsuelo de Encélado gracias a la actividad hidrotermal del fondo marino. Si hubiera microbios entonces podrían usar el hidrógeno para obtener energía, al combinar el hidrógeno con dióxido de carbono disuelto en agua. Esta reacción química denominada metanogénesis, porque produce metano como un subproducto, se encuentra en las raíces de la vida terrenal y pudo ser crucial para el origen de la vida en la Tierra.
La nave Cassini ha demostrado que Encélado tiene casi todos los ingredientes necesarios para ser habitable; el fósforo y el azufre todavía no se han detectado en el oceáno, pero los científicos sospechan que podrían existir, pues el núcleo rocoso de Encélado parece ser químicamente similar a los meteoritos que contienen ambos elementos.
Por otro lado, unas imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble indican que las columnas de vapor de agua de Europa podrían ser un fenómeno real, brotando de forma intermitente en la misma región de la superficie lunar. Una nueva imagen muestra una columna que se eleva unos 100 kilómetros por encima de la superficie de Europa. Los investigadores creen que, tal y como sucede con Encélado, esto podría ser una evidencia de que el agua está siendo expulsada desde el interior de la luna.