Así lo ha demostrado el análisis de ADN llevado a cabo por un equipo internacional de científicos a restos de 9 supuestos especímenes del Yeti que se conservan tanto en museos como en colecciones privadas y que incluyen dientes, pelo, huesos, piel o heces recolectadas en el Himalaya y la meseta tibetana.
Estas muestran fueron obtenidas gracias a la productora británica Icon Films, que elaboró un especial sobre los orígenes de la leyenda del Yeti, «Yeti o no», difundido en 2016 en la cadena Animal Planet.
El Yeti, tan peludo y blanco como un oso de las nieves, aunque bípedo y más alto que un hombre, forma parte de los monstruos de leyenda -sobre todo desde la década de 1950- cuya evidencia física nunca se ha podido precisar. Nunca se han encontrado cadáveres o restos fósiles.
¿Qué es en verdad el Yeti?
De las 9 muestras analizadas, 8 de ellas han resultado pertenecer a osos: osos negros asiáticos, osos pardos del Himalaya o tibetanos. La última muestra, un diente, es de un perro doméstico.
Así las cosas, esos restos del “Abominable Hombre de las Nieves”, no son más que un conjunto de pelos de oso y un diente de perro. Ni rastro del bípedo ser mitológico llamado Yeti que, según las leyendas populares, habita las montañas de Asia ni de ninguna criatura fuera de lo normal.
«Nuestros hallazgos sugieren claramente que los fundamentos biológicos de la leyenda Yeti se pueden encontrar en los osos locales, y nuestro estudio demuestra que la genética debería ser capaz de desentrañar otros misterios similares», comenta Charlotte Lindqvist de la Universidad de Buffalo (EE. UU.).
Desmontando la leyenda del Yeti
No es la primera vez que la ciencia intenta desmontar este mito. En 2014, un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y el Museo de Zoología en Lausana, (Suiza), dirigido por el genetista de Oxford Bryan Sykes, publicó un artículo que describía cómo pusieron a prueba 37 muestras de cabello en todo el mundo, con un resultado similar a la presente investigación.
Se trató del primer estudio genético de muestras de «primates anómalos» y cada una de las muestras analizadas se correspondía con una especie conocida, desde el oso polar hasta las ovejas y los humanos.
Esa primera investigación, sin embargo, se basó en una prueba genética más simple que la actual. Únicamente en la secuenciación de ARN mitocondrial.
Último estudio
En este último estudio emplearon la amplificación por PCR, la secuenciación de ARN mitocondrial, el ensamblaje del genoma mitocondrial y el análisis filogenético. Este trabajo «representa el análisis más riguroso hasta la fecha de muestras que se sospecha derivan de criaturas anómalas o míticas homínidas», comentan los autores del trabajo.
El equipo secuenció el ADN mitocondrial de 23 osos asiáticos (incluidas las supuestas muestras de Yeti) y lo comparó con otros osos de todo el mundo.
Encontraron que los osos pardos tibetanos están estrechamente relacionados con los osos estadounidenses, pero los osos del Himalaya pertenecen a un linaje evolutivo diferente que se separó hace unos 650,000 años, durante una gran era de hielo.
«La investigación genética adicional sobre estos animales raros y evasivos puede ayudar a iluminar la historia ambiental de la región, así como a tener una historia evolutiva en todo el mundo, y muestras adicionales de Yeti podrían contribuir a este trabajo», expuso Charlotte Lindqvist.
Fuente: Muy Interesante,