Aunque las serpientes pululan por todo el mundo y estamos más o menos habituadas a ellas -dejando de lado las fobias personales-, lo cierto es que no siempre estuvieron reptando por el planeta a sus anchas. De hecho, los biólogos discrepan acerca de su origen, que es aún bastante incierto.
Por un lado, se encuentra la teoría de que su ancestro era un reptil que se fue estilizando y que perdió las cuatro patas para adaptarse mejor al ambiente marino, características que mantuvo cuando salió del agua; por otro, está la corriente que opina que se trataba de un lagarto que, en su paso a la vida subterránea, prescindió de sus extremidades para moverse mejor por túneles y madrigueras. En cualquier caso, aún no se ha encontrado a esa ‘serpiente de cuatro patas’ que explicaría la procedencia de estos exitosos reptiles.
«Durante mucho tiempo se ha sostenido que las serpientes son miembros de un linaje de vertebrados de cuatro patas que, como resultado de las especializaciones evolutivas, perdieron sus extremidades», afirma el paleontólogo Michael Caldwell, de la Universidad de Alberta. «En algún lugar del registro fósil de serpientes antiguas se encuentra una forma ancestral que todavía tenía cuatro patas, por lo tanto tendría que existir ese fósil».
En 2015, la revista ‘Science‘ publicó un artículo de un grupo de investigadores que creían haber encontrado a esta antigua serpiente con patas, un animal al que llamaron Tetrapodophis amplectus. Sin embargo, el propio Caldwell acaba de publicar otro estudio en la revista ‘Journal of Systematic Palaeontology‘ en el que refuta sus conclusiones y afirma que los autores del anterior trabajo caracterizaron de forma errónea la anatomía y morfología del espécimen.
Serpientes de cuatro patas
«Hay muchas preguntas evolutivas que podrían responderse al encontrar un fósil de serpiente de cuatro patas, pero solo si el espécimen es real. La principal conclusión de nuestro equipo es que Tetrapodophis amplectus no es de hecho una serpiente y que se clasificó erróneamente -afirma Caldwell-. Más bien, todos los aspectos de su anatomía son consistentes con la anatomía observada en un grupo de lagartos marinos extintos del período Cretácico conocidos como dolicosaurios». Es decir, ese fósil no es el eslabón perdido en los reptiles.
Según el autor, las pistas para concluir que, en efecto, no se trata de una serpiente, están ‘cinceladas’ en la piedra que atesoraba el fósil. «Cuando se partió la roca, el esqueleto y el cráneo terminaron en lados opuestos de la losa. El estudio original solo describió superficialmente el cráneo -se basó más en el esqueleto- y pasó por alto el moho natural que conservó varias características que dejan en claro que Tetrapodophis no tenía el cráneo de una serpiente. Ni siquiera de una primitiva», concluye el autor.
Pistas para otros puzles
Aunque Tetrapodophis puede no ser la serpiente de cuatro patas que los paleontólogos llevan años buscando, este fósil «todavía tiene mucho que enseñarnos», afirma Tiago Simões, paleontólgo brasileño de la Universidad de Harvard y coautor del estudio. «Se trata de uno de los escamatos fósiles -grupo de lagartos y serpientes dentro de los reptiles que mudan la piel en una sola pieza y que tienen cráneos y mandíbulas flexibles- más pequeños jamás encontrados, comparables a los de menor tamaño que tebemos hoy en día».
Además, los investigadores se quejan sobre la situación del fósil, que después de servir para este estudio, pasó a formar parte de una colección privada con acceso limitado para los investigadores científicos. «En nuestra redescripción de Tetrapodophis, exponemos el importante estatus legal del espécimen y enfatizamos la necesidad de su repatriación a Brasil, de acuerdo no solo con la legislación brasileña sino también con los tratados internacionales y el creciente esfuerzo internacional para reducir el impacto de las prácticas colonialistas en la ciencia», según reclaman los autores.
Fuente: P. Biosca / ABC,
Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-continua-misterio-serpiente-cuatro-patas-202111190119_noticia.html#ancla_comentarios,