De forma periódica, bajo algunos glaciares surge una intensa corriente de agua que, en tan solo cuestión de horas, puede arrasar pueblos enteros. Son los conocidos como «jökulhlaups», o inundaciones tan repentinas y gigantescas que pueden arrancar bloques de hielo o erosionar para siempre un paisaje con su enorme fuerza de forma súbita.
Aunque se conocen desde hace tiempo -se cree que fenómenos de este tipo, aunque mucho más violentos, ocurren durante las desglaciaciones, incluida la última, que afectó a América del Norte y Europa-, los científicos no entienden del todo el mecanismo que los hace estallar.
Sin embargo, el astrobiólogo y geólogo Eric Gaidos, de la Universidad de Hawái, cree haber descubierto, por casualidad, el secreto de los jökulhlaups. «Estas inundaciones pueden afectar el movimiento de algunos glaciares y son un peligro significativo en Islandia», explica Gaidos. «Pero nunca hemos entendido el mecanismo y el momento del inicio de estos fenómenos». Sus hallazgos acaban de ser publicadas en la revista «Geophysical Research Letters».
Jökulhlaups provocados
El misterio de las inundaciones que emergen repentina e impredeciblemente de glaciares o casquetes polares de todo el mundo, como los de Islandia, está relacionado con la dinámica terrestre: el calor de los volcanes cercanos derrite el hielo, y el agua, ya líquida, se acumula en los lagos bajo los glaciares, llamados lagos subglaciares. Se crea así una suerte de «reserva» cubierta de hielo. Pero, a veces, ese agua se drena a la superficie de forma violenta, creando los jökulhlaups.
Hasta ahí sabían los integrantes del equipo de Gaidos, que se encontraban en verano de 2015 estudiando la vida microbiana de Islandia. Los investigadores habían perforado un agujero en un lago para sacar muestras cuando, de repente, a mitad de ese pozo artificial, los investigadores notaron que se había creado una corriente de agua líquida descendente que llevaba tal fuerza que casi succiona sus aparatos.
«El flujo era tan fuerte que casi perdimos nuestros sensores y equipo de muestreo en el pozo. Supusimos que habíamos conectado accidentalmente una masa de agua del interior del glaciar con el lago subglaciar bajo él. Esa masa de agua se estaba drenando rápidamente hacia el lago», explica Gaidos.
La sorpresa llegó cuando unos días después de que el equipo abandonara la zona, se creó un jökulhlaup espontáneo en la zona, aunque no hubo que lamentar daños personales. ¿Quizá lo provocaron las pruebas del equipo de Gaidos? Esa es la teoría que barajan los científicos.
Modelo informático
Para demostrar su hipótesis, el equipo utilizó un modelo informático para simular el drenaje que se produjo a través del agujero y su efecto en el lago, demostrando así que, efectivamente, su pozo artificial podría haber sido responsable de la inundación. «Descubrimos que el glaciar puede contener reservas de agua más pequeñas alimentadas por el deshielo del verano, situadas sobre los lagos», afirma Gaidos.
«Si este cuerpo de agua se conecta hidráulicamente al lago, entonces la presión en el lago aumenta y eso permite que el agua comience a drenarse por debajo del glaciar». Es decir, que si se crea una vía entre la acumulación de agua líquida del deshielo y el lago subglaciar, la presión del segundo aumenta de tal forma que acaba saliendo a la superficie en forma de inundación repentina y violenta.
Aunque el pozo de Gaidos era artificial, estos conductos pueden ser creados por la naturaleza cuando el agua de la lluvia o la nieve derretida se acumula en las grietas; la presión finalmente fuerza un corte a través del glaciar hacia el lago, creando el pozo. Es por ello que este mecanismo estaría ligado a la temperatura y el clima de la zona, y podría servir para predecir con más tiempo este tipo de fenómenos repentinos, afirman los investigadores, quienes ya se encuentran estudiando otras formaciones parecidas.
Fuente: P. Biosca / ABC,
Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-resuelven-misterio-jokulhlaups-enormes-inundaciones-surgen-bajo-glaciares-202011112200_noticia.html#ancla_comentarios,