Desde hace unos años, los científicos están encontrando cada vez más evidencia de que, de tanto en tanto, la Tierra da un súbito vuelco, cambiando rápidamente la inclinación de su eje. Algo que no tiene nada que ver con la conocida tectónica de placas, que desplaza y reconfigura continuamente los continentes, pero que implica serios cambios climáticos y geológicos.
Durante las últimas décadas se ha debatido si la corteza terrestre, la capa exterior sólida del planeta sobre la que caminamos, puede tambalearse, o incluso ‘volcarse’ con respecto al eje de rotación. El fenómeno tiene incluso un nombre, ‘desplazamiento polar verdadero’, pero la idea es, a día de hoy, sumamente controvertida.
Ahora, una nueva investigación publicada en ‘Nature Communications’ y dirigida por Joe Kirschvink, del Instituto de Tecnología de Tokio, y Ross Mitchell, del Instituto de Geología y Geofísica de Pekin, ha proporcionado algunas de las pruebas más convincentes hasta la fecha de que tal rápida inclinación planetaria ha sucedido realmente en el pasado.
Tierra
La Tierra es una esfera estratificada, con un núcleo interno de metal sólido, un núcleo externo de metal líquido, un manto sólido y una corteza, también sólida, en la superficie. Y todo gira como una peonza, una vez al día.
Debido a que el núcleo externo de la Tierra es líquido, el manto y la corteza sólidos pueden deslizarse sobre él. Al hacerlo, las estructuras más densas, como las placas oceánicas o las estructuras volcánicas más masivas, como las de Hawai, tienden a estar cerca del ecuador.
Pero el fenómeno propuesto va mucho más allá, ya que supone la rotación de todo el planeta con respecto a su eje, lo que hace que las ubicaciones de los polos norte y sur geográficos ‘deambulen’, cambiando de lugar.
«Imagínese mirar la Tierra desde el espacio -explica Kirschvink-. El desplazamiento polar verdadero se vería como si la Tierra se inclinara hacia un lado, pero lo que en realidad está sucediendo es que toda la capa rocosa del planeta (el manto y la corteza sólidos) gira alrededor del núcleo externo líquido».
A pesar de que hoy en día los científicos pueden medir con satélites el desplazamiento polar verdadero con mucha precisión, los geólogos aún debaten sobre si esas grandes rotaciones del manto y la corteza se han producido, o no, en el pasado de nuestro planeta.
Una vieja polémica científica
Así las cosas, un debate especialmente intenso se ha suscitado alrededor de un supuesto desplazamiento polar verdadero sucedido durante el Cretácico Superior, hace alrededor de 84 millones de años. ¿Tuvo realmente lugar en aquél momento un gran evento de deriva polar? La polémica lleva viva casi tres décadas, con numerosos artículos científicos defendiendo una y otra postura.
Por eso, Mitchell y Kirschvink idearon un plan para zanjar el debate de una vez por todas. Aprovechando la experiencia de Mitchell en el estudio de los Apeninos, en el centro de Italia, los investigadores recopilaron de allí las rocas más adecuadas para demostrar la teoría.
El equipo internacional de investigadores, de hecho, estaba convencido de que los datos paleomagnéticos de las calizas creadas en Italia durante el Cretácico (hace entre 145,5 y 65,5 millones de años) proporcionarían la tan ansiada prueba definitiva.
El magnetismo de las rocas más jóvenes en la misma área se estudió hace casi 50 años e, indirectamente, condujo al descubrimiento del impacto del asteroide que mató a los dinosaurios.
Sarah Slotznick, geobióloga del Dartmouth College y coautora del estudio, explica que «estas rocas sedimentarias italianas resultan ser especiales y muy fiables porque los minerales magnéticos son en realidad fósiles de bacterias que formaron cadenas del mineral magnetita».
Desplazamiento polar verdadero
Para probar la hipótesis del desplazamiento polar verdadero se necesita una gran cantidad de datos paleomagnéticos redundantes que permitan rastrear el desplazamiento de la antigua ubicación del eje de rotación de la Tierra.
Y según los investigadores, los estudios anteriores, especialmente algunos que afirman que no existe tal desplazamiento polar, no han logrado reunir datos suficientes. Algo que sí han conseguido Kirschvink y su equipo en Italia.
Según el estudio, los datos recabados en los Apeninos indican una inclinación de 12 grados del planeta hace precisamente 84 millones de años.
El equipo también descubrió que, después de eso, la Tierra parece haberse corregido a sí misma: tras inclinarse de lado, en efecto, el planeta invirtió su curso y giró hacia atrás, en una excursión total de casi 25 grados en aproximadamente cinco millones de años, un tiempo geológicamente muy breve. Todo un ‘vaivén planetario‘ que no deja de resultar sorprendente.
Fuente: José Manuel Nieves / ABC,
Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-tumbo-tierra-hace-84-millones-anos-202110200104_noticia.html,