Tras 10 meses en Marte, la misión InSight ha revelado que el Planeta Rojo es sísmicamente activo y proporciona nueva información sobre su compleja atmósfera interior, campo magnético y geología.
El módulo de aterrizaje InSight de la NASA llegó a Marte el 26 de noviembre de 2018, aterrizando en la región de Elysium Planitia, en un pequeño cráter informalmente llamado Homestead hollow. InSight tiene como objetivo examinar la estructura interior y la composición del planeta rojo, lo que ayuda enormemente a los científicos a comprender los complejos procesos que han dado forma a nuestro vecino en el sistema solar.
Ahora, tras 10 meses de misión, se acaban de presentar los resultados de los experimentos llevados en la superficie del planeta en un conjunto de documentos publicados en las revistas Nature Geoscience y Nature Communications. En estos se demuestra que Marte es sísmicamente activo a la vez que se informa de la naturaleza de su compleja atmósfera interior, campo magnético y geología.
Sismicidad y magnetismo: los latidos de un planeta rocoso
Así, en un documento general publicado en Nature Geoscience, se destacan algunos de los hallazgos clave del primer año de la misión en Marte. Estos incluyen la primera detección inequívoca de terremotos, a los que los científicos se refieren como «marsquakes», lo que en una traducción al castellano podríamos referirnos como «martemotos», y entre los que se incluyen más de 20 eventos de magnitud entre 3 y 4.
No obstante, la actividad sísmica de Marte se explora más detalladamente en otros dos documentos presentados por la NASA, también resultado del éxito de la misión.
De este modo, a día 30 de septiembre de 2019, InSight ya había detectado 174 eventos sísmicos en Marte, 24 de los cuales son de magnitud relativamente grande y de fuentes distantes. Además los investigadores detallan que la ubicación de dos de los martemotos más grandes registrados podría ubicarse en Cerberus Fossae, una región que ha mostrado evidencia de actividad volcánica y tectónica reciente.
También los campos magnéticos proporcionan una ventana a la estructura y evolución interior de un planeta, incluidos sus entornos atmosféricos y espaciales.
Satélites de Marte
En este sentido los satélites en Marte han medido campos magnéticos de la corteza y los cuales parecen apuntar a la existencia de una antigua dinamo. Estos campos interactúan con el viento solar para generar campos magnéticos transitorios y corrientes eléctricas en la atmósfera superior del Planeta Rojo.
Pero las mediciones de InSight han hallado, además, que este campo magnético -al menos en los aledaños del punto de aterrizaje- es diez veces más fuerte de lo previsto por los modelos basados en satélites.
Por su parte, de los datos recogidos por la nave, los científicos también infieren la presencia de rocas magnetizadas a unos 150 kilómetros de profundidad de la superficie de Elysium Planitia, lo que también parece apuntar a que el interior metálico de Marte pudo funcionar en su día como una dinamo del mismo modo en que hoy lo hace la Tierra.
Luces, ruido y movimiento en la atmósfera de Marte
La atmósfera de Marte es delgada, aunque rica en aerosoles de polvo, y cubre una superficie seca. Como tal, Marte brinda la oportunidad de expandir nuestro conocimiento sobre las dinámicas atmosféricas más allá de los datos que se pueden obtener de la atmósfera de la Tierra.
El módulo de aterrizaje InSight está midiendo la atmósfera de Marte con una continuidad, precisión y frecuencia de muestreo sin precedentes, revelando nuevos fenómenos atmosféricos.
InSight es especialmente sensible al clima regional y a gran escala y obtuvo una cobertura detallada in situ de una tormenta de polvo regional en Marte. Las imágenes han permitido medir las velocidades del viento a gran altitud y revelar una especie de «resplandores en el aire» que corresponden a débiles emisiones producidas por reacciones fotoquímicas en la atmósfera media.
Las mediciones meteorológicas también han producido un respetable catálogo de ondas de gravedad atmosférica. A partir de estas mediciones, los científicos también han descubierto infrasonidos marcianos de inesperadas similitudes con los de la Tierra, y sugieren que estas observaciones resultarán clave en el futuro estudio de la atmósfera marciana.
Demonios de polvo
Los llamados demonios de polvo ocurren cuando el sol calienta el aire cerca de una superficie plana y seca. El aire caliente sube rápidamente a través del aire más frío y comienza a girar mientras avanza.
Esta celda giratoria y móvil puede recoger polvo y arena y dejar una superficie limpia. Muchas áreas en Marte experimentan el paso de demonios gigantes de polvo, los cuales dejan huellas en la superficie del planeta al levantar la esbelta capa de polvo fino y brillante que cubre la mayor parte de la superficie marciana, revelando la superficie oscura subyacente.
Las observaciones de InSight muestran una paradoja de la ciencia eólica en Marte: a pesar de existir una gran actividad de eólica y de hallarse numerosas huellas de estos demonios de polvo cerca del módulo de aterrizaje, la misión no ha podido detectar estos demonios de polvo.
Bajo la piel del Planeta Rojo
Por último, otro estudio publicado en Nature Communications describe la geología y estructura del subsuelo de Elysium Planitia. InSight aterrizó en un cráter de impacto sobre una superficie lisa arenosa, rica en gránulos y guijarros y con pocas rocas.
Durante el aterrizaje, los retrocohetes modificaron la superficie para revelar una estratigrafía cercana a la superficie de polvo superficial, sobre arena delgada no consolidada, a su vez sobre una capa de óxido dúrico -una especie de suelo cementado- de espesor variable, con arena mal consolidada y rocas debajo.
Las observaciones de esta superficie son consistentes con las expectativas formadas a partir de datos de teledetección antes del aterrizaje y dan fe de una superficie compuesta por un regolito que recubre los solidificados flujos de lava basáltica.
Fuente: Héctor Rodríguez / National Geographic,
Artículo de referencia: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/confirmado-marte-esta-geologicamente-vivo_15213,