El Amazonas estuvo una vez mucho más poblado de lo que creíamos. El descubrimiento de los restos arqueológicos de once asentamientos previamente desconocidos de la cultura Casarabe, que datan de alrededor del 500 al 1400 d. C., en el suroeste de la Amazonía, aporta nuevas pruebas sobre la existencia de una amplia actividad humana en esta región del mundo cuya existencia se desconocía hasta ahora.
Los hallazgos – realizados mediante técnicas de teledetección que permiten ver lo que se oculta bajo el bosque y el terreno – muestran un tipo de urbanismo tropical de baja densidad que antes se desconocía y sugieren que la Amazonía occidental no estaba tan escasamente poblada en la época prehispánica como se pensaba anteriormente.
Nuestra comprensión de la cultura Casarabe, que se desarrolló entre el 500 d. C. y el 1400 d. C. en la Amazonía, se ha restringido a la evidencia de unos pocos sitios aislados, ya que la densa vegetación dificulta el mapeo de los bosques tropicales. Por lo tanto, apuntan los autores, nuestro conocimiento de la arquitectura cívico-ceremonial de los sitios mayores y de la organización regional de los asentamientos de Casarabe ha sido limitado.
Bajo el dosel del bosque
Para el trabajo que se publica esta semana en la revista Nature, Heiko Prümers y su equipo examinaron seis áreas dentro de un área de 4.500 km2 en la región de los Llanos de Mojos, de la Amazonía boliviana, que perteneció a la cultura Casarabe.
Los autores utilizaron una técnica llamada lidar (detección mediante el barrido con láser pulsado), que les permitió ‘limpiar’ virtualmente la densa vegetación para visualizar la tierra y la arqueología debajo del dosel del bosque. Encontraron dos sitios de asentamiento grandes, llamados Cotoca y Landívar, y 24 sitios más pequeños, de los cuales solo se sabía que existían quince.
Los investigadores generaron una clasificación jerárquica de cuatro niveles de los sitios, con base en factores como el tamaño de sus plataformas de tierra, la arquitectura sobre ellas y sus canales y sistemas de reserva de agua. Las estructuras incluían estructuras en forma de U, montículos de plataformas rectangulares y pirámides cónicas de hasta 22 metros de altura.
El nuevo trabajo revela que los dos grandes centros urbanos cubrían cada uno un área de más de 100 hectáreas de media, lo que equivale a tres veces el tamaño de la Ciudad del Vaticano, resaltan en Nature. Las imágenes muestran grandes zonas amuralladas con amplias terrazas culminadas en ocasiones con pirámides cónicas de tierra, así como calzadas que conectaban unos lugares con otros.
Un nuevo Amazonas
Hasta hace unos años se creía que la cuenca del Amazonas, a la que los primeros seres humanos llegaron hace unos 10.000 años, estuvo escasamente pobladas con pequeños núcleos de población dispersos.
Sin embargo, el hallazgo en los últimos años de concentraciones de plantas domesticadas indica de forma cada vez más clara que los primeros habitantes amazónicos moldearon su entorno y seleccionaron muchos de los árboles y plantas que allí se encuentran. Esto, unido al descubrimiento de nuevas poblaciones ocultas hasta ahora por la fronda, ponen en cuestión nuestra interpretación de la historia prehispánica de la Amazonía y mejoran nuestro conocimiento de las antiguas civilizaciones tropicales.
“Tenemos esta imagen de la Amazonía como un desierto verde, sin ningún tipo de cultura”, dice Prümers en un artículo periodístico en Nature. Pero considerando que las civilizaciones surgieron y prosperaron en otras áreas tropicales, «¿por qué no debería existir algo así aquí?”, concluye.
Fuente: Vozpópuli
Artículo de referencia: https://www.vozpopuli.com/next/amazonas-arqueologia-poblados.html