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Nuestra especie nació de África y desde este continente partió para colonizar el resto del mundo. Es fácil encontrarnos con una afirmación como esta en cualquier lectura que hagamos sobre nuestros orígenes. Tan repetida que ha logrado instaurarse casi como una evidencia científica.

Sin embargo, no es más que una suposición aún por demostrar. De hecho, una nueva teoría ha removido con fuerza estas ideas que han estado estancadas durante mucho tiempo y propone una nueva hipótesis que podría revolucionar la paleoantropología: es posible que Homo sapiens no se originara en África, sino en el Próximo Oriente.

Nuevas ideas para un tema muy antiguo

Por si fuera poco, los autores de la hipótesis son unas eminencias en la materia. José María Bermúdez de Castro es codirector de Atapuerca, junto a Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell, quienes recibieron en 1997 el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su labor en el yacimiento de la sierra de Burgos. Junto a María Martinón-Torres, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), han publicado un artículo en la revista “Quaternary International” que pone en duda la idea más extendida acerca de nuestro recorrido evolutivo.

Según Bermúdez de Castro: «Vamos contra el paradigma actual que, por inercia, afirma que todo está en África. Lo que hacemos en este artículo es mover el cesto y hacer reflexionar a los colegas. En ciencia no hay nada resuelto, todo es dinámico y está sujeto a las evidencias que hay».

¿Origen en África?

Lo común entre sus colegas científicos es pensar que nuestra especie y el último ancestro común de Homo sapiens y los neandertales tuvo su origen en África, por lo que toda la población prehistórica de Eurasia vendría desde África. En cambio, Bermúdez de Castro y Martinón-Torres han revisado el registro fósil del Pleistoceno medio de África y el suroeste de Asia para: “Reforzar la necesidad de al menos considerar la posibilidad de un origen no africano para el linaje sapiens como una hipótesis plausible”.

Ya en los años 90, cuando se descubrió en Atapuerca la especie Homo antecessor, con más de 800 000 años de antigüedad, se propuso como el ancestro común de sapiens y neandertales. Sin embargo, el lugar en el que apareció el fósil, la esquina occidental de Europa, hizo que se descartara la propuesta por lo lejos que estaba del epicentro de la evolución. Por lo que desde entonces continuamos con una duda importante: ¿dónde está el ancestro común de los humanos modernos y los neandertales?

África: el complejo puzle de la evolución

«Si nos vamos hacia atrás en el tiempo, no encontramos ninguna evidencia que nos diga que el ancestro común está en África, pero eso es lo que propone la mayor parte de la gente, simplemente, porque siempre hemos pensado que todo sale de este continente. Sin embargo, nosotros y otros colegas creemos que Eurasia también tiene un papel destacado en la evolución durante los últimos dos millones de años».

Los autores del estudio sugieren que los primeros representantes de Homo sapiens hasta la fecha han sido descubiertos en África, pero ello no significa que el ancestro común también se originase en África. Es decir, que nuestra especie pudo tener un ancestro que evolucionó fuera de África, aunque luego pudiera regresar al continente africano.

La dificultad que puede entrañar comprender esta idea parte del conocimiento erróneo que suele tener el gran público sobre la materia. La evolución no es lineal ni se trata de un proceso que pueda representarse en una línea cronológica con distintas etapas de expansión cada vez más lejos de su origen. Estas ideas y acotaciones son elementos que los paleoantropólogos crean para facilitar el estudio y comprensión de nuestra evolución. Pero si tuviéramos que representar de forma gráfica el proceso de evolución y expansión de nuestros ancestros, posiblemente lo más acertado sería un garabato intrincado y rocambolesco.

¿Qué estamos buscando?

La evidencia genética apunta a que un último ancestro común de neandertales y sapiens pudo haber vivido hace entre 550 000 y 765 000 años. La morfología de esta especie, aún por encontrar, debería poder definirse como un mosaico de características arcaicas y modernas.

¿Y dónde podemos buscarlo? Según el estudio, una región interesante sería el suroeste de Asia, es decir, el Próximo Oriente y, en concreto, el corredor Levantino. Se trata de una región por explotar en cuanto a excavaciones y estudios paleoantropólogos, pero los conflictos bélicos y problemas económicos dificultan el desarrollo científico en la zona.

Con todo, los expertos han tomado la nueva hipótesis como una idea interesante a tener en cuenta. Bermúdez de Castro se muestra orgulloso de la acogida por sus compañeros, que también consideran oportuno repensar un paradigma que se ha quedado estancado. Los hallazgos que estén por venir confirmarán o negarán la hipótesis, pero los nuevos puntos de vista bien argumentados siempre son pilares sobre los que apoyar la construcción del conocimiento acerca de nuestros orígenes.

Fuente: Fran Navarro / Muy Interesante

Artículo de referencia: https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/y-si-no-venimos-de-africa-esta-teoria-podria-revolucionar-lo-que-sabemos-sobre-nuestros-origenes-811663311082



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