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Uno de los múltiples atractivos de la serie de televisión «Juego de tronos» son los huargos, unos lobos gigantescos que acompañan a los miembros de la saga norteña Stark. Esas criaturas míticas pertenecen al mundo de la ficción, pero están inspiradas en otras reales muy comunes en los parajes helados de América del Norte hasta que se extinguieron hace unos 13.000 años junto con los mamuts y los gatos dientes de sable. Se trata de los lobos terribles, unos impresionantes carnívoros cuya compleja historia acaba de ser desentrañada por un grupo internacional de científicos gracias al ADN antiguo.

El estudio, publicado este miércoles en la revista «Nature», muestra que estas bestias se separaron de otros lobos sorprendentemente pronto, hace casi seis millones de años. Son tan diferentes de los demás lobos, coyotes y perros que, según concluyen los autores, no pertenecen al género que incluye a estos animales.

En cambio, aseguran, necesitan una clasificación científica completamente nueva. Estas diferencias sugieren que estas bestias no pudieron hibridarse con otros lobos, por lo que no dejaron rastro de su linaje en el mundo.

Los lobos terribles son uno de los carnívoros prehistóricos más impresionantes de la América del Pleistoceno, donde vivieron durante más de 200.000 años. Eran aproximadamente un 20% más grandes que los lobos grises de hoy en día.

Probablemente viajaban en manadas, cazando grandes mamíferos, como los bisontes. Los análisis anteriores, basados únicamente en la morfología de los huesos y dientes encontrados, habían llevado a los científicos a creer que estos lobos, clasificados como Canis dirus, estaban estrechamente relacionados con los grises (Canis lupus).

Lobos terribles: genomas de cinco ejemplares

Pero la nueva investigación, dirigida por la Universidad de Durham y en la que colaboraron investigadores de nueve países -entre ellos uno de la Universidad de Zaragoza-, cuenta una historia diferente.

Los científicos secuenciaron por primera vez el ADN antiguo de cinco ejemplares de lobo terrible de Wyoming, Idaho, Ohio y Tennessee, de entre 13.000 y más de 50.000 años. Después, los genomas fueron comparados con los de muchas especies de cánidos. Resultaron ser mucho más diferentes de lo que se creía.

A diferencia de muchas especies de cánidos que aparentemente migraron repetidamente entre América del Norte y Eurasia a lo largo del tiempo, los lobos terribles evolucionaron únicamente en América del Norte durante millones de años.

Aunque estos depredadores coincidieron con los coyotes y los lobos grises durante al menos 10.000 años antes de su extinción, no hay evidencias de que se cruzaran con estas especies. Los investigadores sugieren que por sus profundas diferencias evolutivas probablemente estaban mal equipados para adaptarse a las condiciones cambiantes al final de la edad de hielo.

ADN antiguo

«Este primer análisis de ADN antiguo revela que la historia de los lobos terribles que creíamos conocer, en particular una relación cercana con los grises, es en realidad mucho más complicada de lo que pensábamos», admite Angela Perri, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Durham y autora principal del estudio.

«En lugar de estar estrechamente relacionados con otros cánidos de América del Norte, como los lobos grises y los coyotes, encontramos que los lobos terribles representan una rama que se separó de otras hace millones de años, lo que supone el último de un linaje ahora extinto», asegura.

Como indica la coautora principal, Alice Mouton, de la Universidad de California en Los Ángeles, «el lobo terrible nunca se cruzó con el lobo gris. Por el contrario, los lobos grises, los africanos, los perros, los coyotes y los chacales pueden cruzarse y, de hecho, lo hacen».

El equipo sugiere que la marcada divergencia evolutiva de los lobos terribles de los lobos grises los ubica en un género completamente diferente, Aenocyon dirus, como lo propuso por primera vez el paleontólogo John Campbell Merriam hace más de 100 años.

Como humanos y chimpancés

«Las similitudes anatómicas entre los lobos grises y los lobos terribles sugieren que tal vez podrían estar relacionados de la misma manera que los humanos modernos y los neandertales, pero nuestros resultados genéticos muestran que estas dos especies son más bien primos lejanos, como los humanos y los chimpancés», señala el coautor principal, Kieren Mitchell, de la Universidad de Adelaide.

«Si bien los humanos antiguos y los neandertales parecen haberse cruzado, al igual que los lobos grises y los coyotes modernos, nuestros datos genéticos no proporcionaron evidencia de que los lobos terribles se cruzaran con ninguna especie canina viva. Todos nuestros datos apuntan a que el lobo terrible es el último miembro superviviente de un linaje antiguo distinto de todos los caninos vivos», subraya.

Fuente: Judith de Jorge / ABC,

Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-lobos-terribles-antiguo-revela-linaje-202101140158_noticia.html,



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