Sale a la luz el secreto del hielo verde del Ártico
La vida en los océanos depende del plancton, una gran colección de seres vivos microscópicos que flotan y son arrastrados por las corrientes. Dentro del plancton hay pequeños animales y sobre todo microorganismos. Algunos de ellos tienen un papel crucial, porque absorben la luz del Sol y producen oxígeno: forman el llamado fitoplancton.
Estos son tremendamente importantes porque están en la base de la cadena trófica de los océanos, lo que quiere decir que son la fuente de alimento de la que se nutren los demás, y además producen al menos la mitad del oxígeno de la atmósfera de la Tierra. Pero además de importante, el fitoplancton, y por ello todo lo que depende de él, es muy sensible a los pequeños cambios de temperatura del agua, a la cantidad de luz que les llega o variaciones en su fuente de alimento. Por eso un pequeño desajuste en el equilibrio natural del plancton puede tener consecuencias imprevisibles en todo el planeta.
Los científicos han vuelto a comprobar que este tipo de fenómenos está ocurriendo en los castigados océanos de la Tierra. Gracias a modelos matemáticos, los investigadores han hallado por fin el origen de un fenómeno que observaron por primera vez en 2011: el del hielo verde del Ártico.
En un artículo publicado en la revista Science Advances han concluido que el aumento de la temperatura del océano que han registrado está causando que el hielo esté perdiendo grosor. Esto a su vez facilita que la luz penetre hasta el agua bajo el hielo y provoque un crecimiento descontrolado del fitoplancton, un proceso que se conoce como florecimiento o bloom. Por eso el hielo se tiñe de verde y, lo que es más importante, por este motivo cambia por completo el funcionamiento de todo el ecosistema y los seres vivos que lo forman.
"La pérdida de grosor del hielo en el Ártico en los últimos 30 años ha cambiado dramáticamente la ecología de toda la región", ha explicado en un comunicado Chris Horvat, primer autor del estudio e investigador en la Universidad de Harvard. "De repente, toda nuestra idea sobre cómo funciona este ecosistema es diferente. La base de la red de comida del Ártico ahora está creciendo en otro momento y en diferentes lugares que son menos accesibles para los animales".
En 2011 los científicos comenzaron a observar que bajo el hielo el agua se teñía de verde durante los meses de verano. Se preguntaron cómo era posible que los microbios fotosintéticos, el fitoplancton, creciera bajo el hielo, si lo normal es que este no dejase pasar la luz del Sol. En todo caso, durante los meses más cálidos, el crecimiento de las algas comenzó a dispararse, y se observó que esto atraía a un montón de peces y depredadores a una zona donde esto no solía ocurrir.