Hace unos 23 millones de años, hizo su aparición uno de los depredadores más voraces que jamás haya recorrido los océanos de la Tierra: el megalodón.
Este tiburón de pesadilla, el más grande de todos los tiempos, medía casi 20 metros de longitud, tres veces el tamaño de los tiburones blancos, y pesaba 50 toneladas.
No es extraño que siga fascinando tanto a los científicos como a la industria cinematográfica, que incluso lo convirtió el pasado verano en el protagonista de un éxito de taquilla de esos para consumir con palomitas.
Aunque la mayoría de los investigadores cree que el monstruo terminó extinguido -hace 2,5 millones de años, según un equipo de la Universidad de California Merced (EE.UU.)-, su auténtico destino ha sido puesto en duda en algunas ocasiones, hasta el punto de que hay quien ha asegurado haberlo avistado en la actualidad o le han atribuido restos encontrados en las costas o la muerte de otros tiburones.
El mito fue en su día alimentado por algunos programas de televisión que sugerían que el gigante podía seguir surcando las aguas.
Ahora, investigadores de la también estadounidense Universidad William Paterson creen haber descubierto la causa por la que es imposible que el megalodón siga escondido en las profundidades de los océanos.
Temperatura corporal
Según han explicado han explicado en la reunión anual de la Unión Americana de Geofísica (AGU), fue la alta temperatura corporal de este enorme pez lo que finalmente terminó con él.
Al igual que los tiburones actuales, como el blanco o el mako, el megalodón podía ajustar la temperatura de su cuerpo según se encontraba en aguas frías o calientes.
Esto le habría permitido sobrevivir con éxito en diferentes hábitats, toda una ventaja a la hora de la caza, como explican los autores del estudio en la revista«LiveScience».
Pero mientras los antepasados de los tiburones actuales que convivían con el megalodón tenían temperaturas corporales de entre 20ºC y 30ºC, la de esta bestia brutal podría haber oscilado entre los 35ºC y los 40ºC, similar a la de mamíferos como las ballenas.
Semejante calor habría requerido un metabolismo muy activo y, por tanto, alimentarse frecuentemente. Pero después el clima se calentó y las presas del megalodón (que iban desde grandes peces y tortugas a ballenas, delfines, focas u otros mamíferos marinos) se trasladaron a aguas más frías en latitudes más altas.
La escasez de alimentos y la competencia con nuevas especies de depredadores, como las orcas, pudieron haber sido la fatal combinación que llevó al gigante a la extinción después de haber reinado durante 21 millones de años.
Leído en sus dientes
Lo que hace que la existencia y extinción de los megalodontes sea un misterio para los investigadores es que la anatomía de estos tiburones antiguos era muy parecida a la de los modernos, con esqueletos hechos de cartílago en lugar de hueso.
Esta característica, también común a las rayas, los distingue de otros vertebrados. Pero significa que los tiburones no dejan grandes restos fosilizados como lo hacen otros animales. El hueso se mineraliza y fosiliza, algo que el cartílago no hace o hace mal.
Pero al igual que los tiburones modernos, los dientes del extinto estaban hechos de fosfato de calcio, lo que los hace muy abundantes en el registro fósil. Esto precisamente es lo que han utilizado los investigadores para su estudio.
Para averiguar si la temperatura corporal del megalodón era similar a la de los escualos modernos, los científicos examinaron los isótopos de carbono y oxígeno en los dientes del tiburón antiguo y en los de tiburones modernos. Estos isótopos forman diferentes enlaces dependiendo de la temperatura del animal cuando se desarrollan los dientes.
Con esta técnica, el equipo pudo estimar la temperatura promedio del cuerpo del megalodón y encontrar pistas de qué les llevó a la extinción.
«Los grandes cambios climáticos combinados con limitaciones evolutivas pueden proporcionar la clave para la extinción de la especie de tiburón más grande que haya vagado jamás por el planeta», concluyen. Puede que el monstruo ya no surque los océanos pero su magnética leyenda y su interés científico aún siguen vivos.
Fuente: ABC,
Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-sigue-vivo-megalodon-tiburon-mas-gigantesco-todos-tiempos-201812122127_noticia.html,
Medía 42 metros, no 20.