El trébol de cuatro hojas es una rareza biológica que, según la tradición, traerá buena suerte a la persona que lo encuentre de forma casual. La bandera de Irlanda es tricolor y está compuesta por tres franjas verticales de iguales: el color verde simboliza a los nacionalistas católicos, el naranja a los protestantes y el blanco la paz, que debería reinar entre unos y otros.

La verdad es que el color verde está muy ligado a la vida de Irlanda. Cada 17 de marzo -día de San Patricio- cientos de irlandeses se reúnen para beber pintas de cerveza Guiness, mientras lucen ropas de un verde Kelly llamativo.

¿Cuál es el origen de la conexión de este color y los irlandeses? Hay que bucear en la historia del siglo quinto, momento en el cual San Patricio (387-461) escribió su “Confessio”.

En esta crónica el santo utilizaba el trébol de tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad: igual que de un solo tallo salen tres hojas diferentes, el Padre, el Hijo el Espíritu Santo, son solo uno.

No podíamos terminar el recorrido por la cultura irlandesa sin hacer referencia a los leprachaun, unos duendes pelirrojos que visitan a los irlandeses por las noches, pellizcándoles las piernas en el supuesto de que no luzcan algo de color verde el día de San Patricio.

El gen de la buena suerte

Se han identificado trescientas especies de tréboles, los cuales tienen el doble de cromosomas que los seres humanos. De todas estas especies, lo siento por San Patricio, la que tiene fama de dar buena suerte es la que tiene cuatro hojas.

Parece ser que su fama arranca de una leyenda popular que cuenta que cuando Eva fue expulsada del Paraíso se llevó consigo un trébol de cuatro hojas como acto pudoroso.

Se dice que cada hoja representa la fe, la esperanza, el amor y la suerte. La verdad que no es fácil encontrar un trébol con cuatro foliolos. Se estima que por cada 10.000 tréboles de tres hojas hay uno de cuatro. Hasta el momento el trébol con el mayor número de foliolos encontrados es uno con cincuenta y seis.

Parece ser que la excentricidad botánica radica en una mutación genética, concretamente en el gen PALM1, al que podríamos bautizar como el “gen de la buena suerte”.

Los científicos han descubierto que es la presencia de dos versiones de este gen lo que determina el número de hojas del trébol. La dominante inhibe la formación de la cuarta hoja y la otra -la recesiva- desencadena el crecimiento. En definitiva, para poder encontrar un trébol de cuatro foliolos es preciso heredar dos versiones del gen recesivo.

Fuente: ABC / PEDRO GARGANTILLA,



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Iusthin
Iusthin
6 meses ago

Quiero un trébol de 4 ojas