El cultivo de madera para papel es una buena alternativa para la creación de empleo verde rural, contribuyendo además a las rentas de los numerosos pequeños propietarios forestales.
Las mejoras en la gestión sostenible de las plantaciones y su certificación constituyen la apuesta del sector de la celulosa y el papel para hacer realidad el potencial forestal de nuestro país.
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Para fabricar papel en 2010 se emplearon en España 5,8 millones de toneladas de madera de pino y eucalipto, procedente en un 70% de plantaciones españolas y en un 30% de plantaciones de pino y eucalipto en Portugal, Uruguay y Argentina.
El déficit de madera española, que obliga a recurrir a la importación, supone, además del coste medioambiental debido al transporte, un sobrecoste económico y una pérdida de competitividad para el sector de la celulosa y el papel. En los últimos cinco años la importación de madera para la producción de celulosa para papel se ha incrementado en un 40%, pasando de 1,3 millones de m3 en 2005 a los más de 1,8 millones de m3 actuales.
La madera para papel se cultiva en España en 288.000 hectáreas de plantaciones de eucalipto y 71.000 hectáreas de plantaciones de pino insigne. La mayor parte de esta superficie de plantaciones pertenece a pequeños propietarios forestales.
Esas plantaciones para papel suponen actualmente en España 4.120 empleos directos, relacionados con los trabajos de repoblación y selvicultura de los cultivos de madera. Y a ellos hay que sumar 12.360 empleos indirectos (maquinaria, transporte, talleres.).
No hay madera española certificada en el mercado
El camino para aumentar el consumo de madera nacional pasa por las mejoras en la gestión sostenible de las plantaciones y su certificación. Actualmente el 100% de las fábricas de celulosa españolas tienen certificada su cadena de custodia con PEFC y/o FSC. Pero, pese al esfuerzo de la industria, apenas hay madera nacional certificada en el mercado.
Es prioritario ampliar la superficie forestal nacional certificada, que actualmente es de un 7,5%, muy por debajo todavía de la media europea (30%). La certificación no tendrá éxito si el actual compromiso de la industria se ve lastrado por la ausencia de un escenario-marco propiciado por las administraciones, que fomente la certificación en la propiedad.
La industria de la celulosa y el papel es un sector industrial comprometido con la ecoeficiencia, que genera riqueza desde un claro compromiso con la sostenibilidad. Un sector con vocación de jugar un papel fundamental en la emergente bioeconomía, basada en el uso eficiente de recursos renovables y baja en carbono, la economía del futuro.
La clave está en la optimización del uso de la madera, el recurso natural y renovable en que se basa la producción de papel. Un producto natural, renovable y reciclable.