Edificios sostenibles para la naturaleza mediante Arquitectura Biomimética

Biomímesis o biomimicry es la ciencia que estudia a la naturaleza como fuente de inspiración y genera un diseño que imita sus modelos y sistemas para solucionar problemas aún no resueltos.  La arquitectura biomimética es una de sus ramas, que busca la sostenibilidad en la naturaleza, no imitando sus formas, sino entendiendo las reglas que las provocan. Teniendo en cuenta que la evolución muestra que la Tierra nos lleva millones de años de ventaja en solucionar problemas, imitarla no parece una idea tan descabellada, sobre todo cuando muchos de esos problemas son comunes al ecosistema edificatorio.

Existen claros ejemplos de aplicación de la biomímesis a la arquitectura, organizados en tres niveles. En el nivel de organismo, la arquitectura imita a un organismo aplicando sus funciones o formas a un edificio. Es el caso de The Eden Project de Nicholas Grimshaw, compuesto por una serie de cúpulas de ETFE inspiradas en pompas de jabón y moléculas de carbono con las que se consiguió un gran ahorro en material.

En el caso del nivel de comportamiento, los edificios imitan la interacción de los organismos con el entorno y sus modos de supervivencia. Es el caso de The Eastgate Centre de Mike Pearce, que mantiene las condiciones de confort sin ayuda de refrigeración mecánica mediante un diseño inspirado en el comportamiento de las termitas africanas y los montículos que construyen.

El nivel de entorno implica una mayor escala, imitando las diferentes interacciones de elementos en un ecosistema. Una muestra es The Sahara Forest Project, un invernadero cuyos componentes trabajan de manera cíclica, basándose en energía solar para obtener un sistema de residuos cero.

A pesar de lo aparentemente innovador de estos ejemplos, la arquitectura biomimética no es algo nuevo. Pier Luigi Nervi ya se inspiró en las hojas de la Victoria Amazónica para optimizar la estructura del Palazzetto dello Sport a finales de los años 50. Y como él, los arquitectos llevamos siglos inspirándonos en la naturaleza, solo que ahora nuestras mejores herramientas de diseño y mayor conocimiento científico nos ayudan a entenderla mejor para poder utilizarla a nuestro favor.

¿Y cómo hacerlo? No es necesario estudiar biología molecular, basta con preguntar a la naturaleza y que ella misma responda. Podemos obtener inspiración para el diseño de estructuras, la climatización de edificios o la gestión de agua y residuos.

Estos ejemplos nos demuestran que muchas veces no hace falta buscar la última tecnología para ser sostenible, sino que simplemente basta con observar el funcionamiento de nuestro entorno. Si ya lo decía Einstein: “mira bien en la naturaleza y entenderás todo mucho mejor”.



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