Cobre en la construcción sostenible: imprescindible en las ciudades inteligentes
El cobre resulta imprescindible para la creación y funcionamiento de las ciudades inteligentes y ecológicas del futuro. Tanto es así que, se estima que para 2050 la demanda de cobre en la UE aumentará en 20 millones de toneladas, lo que supone un incremento anual de media del 14%. Aunque elevado, este aumento en la demanda no supone ningún riesgo de abastecimiento, dadas las reservas de cobre conocidas y los recursos disponibles.
Entre las singularidades del cobre en la construcción sostenible, destaca que es uno de los pocos materiales que puede reciclarse una y otra vez sin que pierda ninguna de sus propiedades. La utilización de cobre reciclado genera un ahorro energético de un 80-90% con respecto al que se produce en las minas. Hoy en día se calcula que 2/3 de los 550 millones de toneladas de cobre producidas desde 1900 están todavía en uso, según los datos facilitados por el Instituto Europeo del Cobre en un comunicado.
“La elección de las tecnologías y de los materiales adecuados nos permitirá construir ciudades más ecológicas y sostenibles para el futuro. Estas soluciones no sólo beneficiarán al medio ambiente y mejorarán la eficiencia, sino que harán de nuestras ciudades, lugares para vivir de forma más saludable y feliz. La industria del cobre se compromete a ser parte de esta transformación, además de a minimizar en todo lo posible nuestro impacto sobre el medio ambiente”, afirma Bernard Respaut, CEO del Instituto Europeo del Cobre.
Objetivo: movilidad con cero emisiones
La última revisión de la directiva EPBD promueve la movilidad eléctrica con la introducción de puntos de recarga en edificios nuevos no residenciales y en aquellos que ejecuten una reforma sustancial. Por otro lado, el transporte en carretera genera actualmente el 20% del CO2 que se emite en la UE, una cifra que podría reducirse en 1/3 con la implantación generalizada de los vehículos eléctricos.
En nuestro país, los datos reflejan un ascenso porcentual de casi el 120% de matriculaciones de vehículos eléctricos en el primer cuatrimestre de 2018 con respecto al año anterior, según datos de ANFAC – Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones-. El cobre vuelve a situarse como un componente esencial, tanto para la fabricación de estos vehículos como para los equipos de carga y la conexión a la red eléctrica. Porque un vehículo eléctrico contiene entre 70-90 kg de cobre frente a los cerca de 20 kg de media de un vehículo de combustión.
Más cobre en los sistemas de energías renovables que en los tradicionales
El aumento de la demanda energética debido a la concentración de población en núcleos urbanos obliga a llevar a cabo una transición energética que garantice el suministro. Así, dicha transición energética ya se está llevando a cabo en las urbes que quieren convertirse en smart cities, mediante un incremento progresivo en la utilización de energías renovables, como la energía solar térmica, fotovoltaica, eólica y geotérmica. En estos sistemas de energías renovables se puede llegar a utilizar hasta 12 veces más cobre que en los sistemas tradicionales con el fin de optimizar su eficiencia. Además, las inversiones necesarias en la infraestructura de transmisión y distribución, con redes energéticas inteligentes y conectadas, también suponen un mayor uso del cobre en la construcción sostenible.
El cobre en la urbe del futuro
Las ciudades están creciendo a un ritmo sin precedentes: casi el 80% de la población en el conjunto de la Unión Europea reside en ciudades. Este rápido crecimiento conlleva desde un mayor consumo de recursos hasta un aumento de los residuos y de la contaminación. De hecho, las ciudades son responsables del 70-80% del consumo de energía en la UE y del mismo porcentaje del total de emisiones de CO2. El cobre desempeña un papel fundamental para afrontar estos retos sostenibles, ya que contribuye a la descarbonización y a una mayor eficiencia energética. Sus propiedades “únicas”, que incluyen “una excelente conductividad eléctrica y térmica, una larga vida útil y la posibilidad de ser 100% reciclado al final de la misma”, lo hacen “imprescindible” en la configuración de ciudades más inteligentes y verdes en un futuro próximo, según explica el Instituto Europeo del Cobre en un comunicado.