Oslo se convierte en una ciudad de referencia tras su nombramiento como Capital Verde Europea 2019. Urbanistas, políticos locales y empresarios llevan años trabajando para reducir la huella de carbono de la ciudad y asegurar un futuro más sostenible para todos.
Y estos esfuerzos son los que han sido reconocidos por la Comisión Europea y lo que ha diferenciado a la capital de Noruega de las demás ciudades europeas.
Las ciudades solo ocupan un 3% de la superficie terrestre, pero son responsables del 75% de emisiones de gases de efecto invernadero GEI, según afirma la Organización de las Naciones Unidas, ONU. Noruega sabe que es en las ciudades donde se libra la principal batalla contra el cambio climático y apuesta, con Oslo a la cabeza, por un modelo de ciudad resiliente y por un desarrollo urbano sostenible.
Tras la designación de Oslo como Capital Verde Europea, el año 2019 marcará un antes y un después en Noruega, puesto que Oslo se convertirá en un referente en cuanto a destino sostenible y ejemplo a seguir para muchas ciudades que desean encaminarse hacia un futuro más sostenible.
Los ambiciosos proyectos de la Capital Verde 2019
Noruega encabeza la transformación hacia un modelo de movilidad 100% eléctrica, en 2020 quiere reducir el 50% de las emisiones y ser neutral en la emisión de carbono en 2050, según la EGCA (European Green Capital Award). S
Se trata del país con mayor número de vehículos eléctricos per cápita del mundo, apuesta por una construcción sostenible con sistemas respetuosos con el medio ambiente, cuenta con numerosos espacios verdes y promueve una gestión apropiada de residuos.
Oslo, ciudad sin coches
Los políticos de la ciudad están trabajando por la transformación ecológica de Oslo y por conseguir que no circulen automóviles por su núcleo urbano a finales de 2019.
A través de la iniciativa ‘Una ciudad sin coches’, el ayuntamiento de Oslo ha eliminado los espacios destinados al estacionamiento y limitado el tráfico, dando más espacio a las bicicletas, bancos, parques y espacios verdes.
Los antiguos espacios reservados a los coches se han integrado en la ciudad en forma de originales alternativas.
En la fortaleza de Akershus, por ejemplo, se ha reutilizado una vieja máquina expendedora de tickets de aparcamiento y la han reconvertido en un altavoz WIFI, donde se puede escuchar música y bailar en la calle si place.
Planificación urbana ecológica
El nuevo barrio de Vulkan, construido en una antigua área industrial en Akerselva, es un escaparate de la planificación urbana ecológica.
El deseo de los urbanistas de crear un distrito energéticamente eficiente ha dado como resultado una central energética local con pozos geotérmicos, colmenas de abejas, edificios con placas solares en las fachadas y dos hoteles que reciclan energía del sistema de refrigeración y de los ascensores.
Fuente: EnergyNews / MARIA CASTAÑEDA CARVAJAL,
Artículo de referencia: https://www.energynews.es/oslo-capital-verde-2019/,