Según refleja la Directiva 2012/27/UE relativa a la eficiencia energética, el sector de la construcción es responsable del 40% de las emisiones de carbono, por lo que su reducción es muy importante de cara a mitigar el cambio climático y sus consecuencias. En este contexto, la ONU ha definido como uno de sus objetivos “lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles” (ODS 11). Por lo tanto, la sostenibilidad se ha convertido en una característica necesaria en el sector de la construcción.
Para que una construcción sea considerada como sostenible se debe actuar en todo el ciclo de vida. En concreto, si hablamos del proceso de construcción se debe trabajar el ecodiseño fijándonos en varios puntos: minimizar el desperdicio de materiales, aumentar la durabilidad de estos, mejorar sus funcionalidades y utilizar materiales sostenibles, entre otros.
Un material sostenible se considera aquel que no agota los recursos naturales y cuyo uso no tiene un impacto adverso sobre el medio ambiente. Además, para reducir el impacto sobre el medio ambiente y el consumo de energía, se debería potenciar el uso de materiales reutilizables o reciclables al final de su vida útil. En este sentido, se ha identificado que una de las rutas hacia la construcción sostenible pasa por la introducción de materiales compuestos sostenibles con capacidad estructural durante su uso y de reciclaje al final de su vida útil.
Proyecto INNOPUL, construcción sostenible
Para reducir el exceso de CO2 en la atmósfera, AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, investiga con el proyecto INNOPUL el desarrollo de piezas estructurales 100% reciclables con un coste competitivo que facilite su rápida introducción al mercado. El desarrollo representa una alternativa más sostenible para el sector de la construcción y más económica, dada la mayor durabilidad de estos productos y el menor mantenimiento que requieren.
Los innovadores productos finales de este proyecto dotarán a las envolventes y superficies de edificios y estructuras de una resistencia duradera, además de su capacidad de reciclado y otras facilidades, como la posibilidad de transformarse en perfiles curvos o de unirse a otros materiales mediante soldadura, lo que ofrece la posibilidad de obtener estructuras hibridas metal-composite sin utilizar adhesivos.
De esta manera, AIMPLAS trabaja en una nueva línea de fabricación de perfiles con altas prestaciones mecánicas y reciclables mediante un proceso de producción automatizada, conocido como pultrusión termoplástica.
En esta iniciativa colaboran ocho empresas que cubren toda la cadena de valor de este proyecto, desde fabricantes de materiales plásticos y empresas transformadoras, hasta empresas de construcción y servicios de arquitectura e ingeniería: Eslava, UBE, Xúquer Arquitectura e Ingeniería, Miraplas, Mocaplas, Urbana, Typsa y el Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Valencia (CAATIE).
El proyecto INNOPUL cuenta con la financiación de la Conselleria d’Economia Sostenible, Sectors Productius, Comerç i Treball de la Generalitat Valenciana a través de ayudas del IVACE con la cofinanciación de los fondos FEDER de la UE, dentro del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2021-2027. Estas ayudas están dirigidas a centros tecnológicos de la Comunitat Valenciana para el desarrollo de proyectos de I+D de carácter no económico realizados en cooperación con empresas para el ejercicio 2021.
Fuente: Sergio Navarro García. Investigador en Construcción y Energías Renovables. AIMPLAS