La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), considera positiva la decisión de algunos países de vincular los impuestos sobre los vehículos a las emisiones de CO2, pero pidió una armonización fiscal en la Unión Europea para evitar distorsiones en el mercado interno.
ACEA recordó que en los últimos quince meses España, Francia, Finlandia e Irlanda han introducido modelos fiscales sobre los coches vinculados a las emisiones de CO2, con lo que ya son catorce los Estados miembros que han optado por este esquema.
No obstante, los beneficios medioambientales de estas medidas pueden verse afectados negativamente por la amplia variedad de sistemas existentes en los distintos países. "Sólo un esquema fiscal armonizado sería decisivo para conseguir el deseado recorte de las emisiones de CO2", explicó Ivan Hodac, secretario general de Acea.
Los ministros de Economía de la UE rechazaron recientemente una propuesta para acordar una directiva sobre la fiscalidad de los automóviles. Según Hodac, "se perdió una oportunidad, en un momento en que las expectativas sobre recortes de emisiones son altas en todos los países".
En conclusión, ACEA aboga por un sistema lineal, en el que los niveles de impuestos sean directamente proporcionales a las emisiones de CO2 de los coches, de forma que cada gramo se grave en la misma cuantía. Además, el sistema debe ser neutro en relación a las diferentes tecnologías y desde el punto de vista presupuestario.