A pesar de años de esfuerzos para estabilizar las proteínas fuera de sus entornos nativos, los científicos han logrado un progreso limitado en la combinación de proteínas con componentes sintéticos sin comprometer la actividad de la proteína.
El nuevo estudio muestra un camino hacia la explotación del poder de las proteínas fuera de la célula al demostrar una forma única de mantener las proteínas activas en entornos sintéticos.
Los materiales presentados en el estudio podrían permitir reacciones bioquímicas bajo demanda donde antes no eran factibles.
Código descifrado
«Creemos que hemos descifrado el código para interconectar los sistemas naturales y sintéticos», afirma el autor del estudio, Ting Xu, profesor de Berkeley en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales y el Departamento de Química, cuyo laboratorio dirigió el trabajo, que se publica en la edición de este viernes de la revista Science.
La investigación fue financiada por subvenciones del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
El Departamento de Energía y la Fundación Sherman Fairchild mostraron su apoyo a los colaboradores de la Universidad Northwestern.
Los colaboradores de la Universidad de Lyon, Francia, y del Laboratorio de la Fuerza Aérea recibieron el apoyo del programa Fulbright y del instituto Miller.
Proteínas
El problema con las proteínas es que son quisquillosas: si las quitas de sus entornos nativos, es probable que se desmoronen.
Para funcionar correctamente, las proteínas deben plegarse en una estructura específica, a menudo con la ayuda de otras proteínas.
Para superar este desafío, el laboratorio de Xu analizó las tendencias en las secuencias de proteínas y las superficies para ver si podían desarrollar un polímero sintético que proporcionara todas las cosas que una proteína necesita para mantener su estructura y función.
«Las proteínas tienen un patrón estadístico muy definido, así que si puedes imitar ese patrón, entonces puedes emparrejar los sistemas sintéticos y naturales, lo que nos permite hacer estos materiales», subraya Xu, cuyo laboratorio creó heteropolímeros aleatorios, a los que llamaron RHP.
Fuente: Europa Press, Periodista Digital,