El bullicio del tráfico, sumado al estresante ir y venir de millones de turistas, tienen alarmados a los residentes de la ciudad de Ámsterdam, congestionada en la última década.
La idea de que los vehículos de gasolina y diésel ya no sean bienvenidos en la ciudad a partir de 2030, junto con la expansión de las zonas ambientales y la introducción de áreas libres de emisiones, están siendo muy aplaudidas por los ecologistas porque supondría aliviar una capital asfixiada.
Este objetivo, que algunos políticos no han tardado en tildar de ambicioso o, incluso, imposible, está dentro del «Plan de Acción de Aire Limpio» que han presentado las autoridades municipales de Ámsterdam, liderada por la alcaldesa Femke Halsema, de la izquierda verde Groenlinks. «El aire contaminado es un asesino silencioso», advirtió la concejala socialdemócrata Sharon Dijksma.
Según las autoridades medioambientales, la contaminación actual del aire en la capital holandesa es equivalente a fumar diariamente seis cigarrillos.
«De media, los residentes de Ámsterdam viven un año menos debido al aire sucio», añadió Dijksma sobre una ciudad en la que el uso de la bicicleta es de por sí muy popular para la movilidad, pero donde cientos de miles de personas siguen optando por moverse en coche, elevando los niveles de contaminación por encima de las recomendaciones de la UE.
Los propietarios de los coches recibirán apoyo municipal para realizar esta transición hacia los vehículos eléctricos. El ayuntamiento ofrecerá subsidios y exenciones a los conductores para que puedan dar el paso lo antes posible, como máximo durante la próxima década.
El municipio ya se ha puesto a trabajar en la ampliación de la red de estaciones de carga en la ciudad, que también podrán solicitar los propios residentes que compren un nuevo eléctrico.
Hoja de ruta
Si el Gobierno central no frena el plan a última hora, la hoja de ruta se empezaría a seguir a partir del próximo año. Los coches que tengan más de 15 años ya no podrán entrar a la carrera de circunvalación A10, la que conduce al centro de la ciudad.
Esta zona ambiental para motores diésel anteriores a 2008 afecta a miles de propietarios, que tendrán que optar por el transporte público o por la adquisición de un nuevo coche. A partir de 2022, esta norma incluirá también a autobuses públicos.
En 2025, se incluirán en la prohibición las motos y los camiones de reparto, los taxis y otros medios de transporte excluidos hasta entonces, así como las embarcaciones y los ferris turísticos.
Todo esto tendrá su correspondiente periodo de transición, que conducirá, en 2030, a un área completamente libre de emisiones. El Plan de Acción de Aire Limpio presentado por Ámsterdam contará con conversaciones con residentes y empresas, que podrán hacer propuestas a través de una plataforma digital.
Plan
Las críticas a este plan no se han hecho esperar. La Asociación RAI, que representa los intereses de alrededor de 700 fabricantes del sector de la movilidad, considera este «un plan que está más allá de toda realidad e inviabilidad» y critica que Ámsterdam pretenda adelantarse en unos 20 años a los planes de transición que tiene en mente el lobby de los coches hacia el uso de coches eléctricos.
«La antigüedad promedio de los coches aquí es de 11 años, por lo que muchos ciudadanos tienen un problema. La gente está siendo expulsada de la ciudad», según un portavoz del RAI.
La organización ambientalista holandesa Milieudefensie da todo su apoyo a los planes de la alcaldesa de Ámsterdam. «Un muy buen plan que beneficiará los pulmones de todos los residentes de Ámsterdam», según dijo Anne Knol a la televisión holandesa NOS.
Sin embargo, este plan contradice la política del Gobierno central, que autoriza a los municipios a prohibir los coches diésel contaminantes, pero no los de gasolina, que -cree- son más limpios. El Ministerio de Infraestructuras están estudiando el plan de Ámsterdam.
Fuente: IMANE RACHIDI / EL MUNDO,
Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2019/05/03/5ccc21c321efa0b0218b456f.html,