El carbono negro, conocido comúnmente como hollín, es un contaminante atmosférico que se forma por la combustión incompleta de los productos derivados del petróleo y otras materias orgánicas como la quema de bosques.
Con las nuevas medidas, la UNECE espera reducir este tipo de emisiones en un 40% adicional al tercio que ya tenía planeado para 2020.
Además de sus efectos en el calentamiento global, está comprobada la relación entre el carbono negro y el aumento en el número de muertes por enfermedades cardiovasculares o cáncer de pulmón.