El ozono troposférico O3 es uno de los contaminantes atmosféricos más implicados en la mortalidad prematura, especialmente en verano. Ahora, por primera vez, un estudio ha cuantificado el impacto del O3 importado en la mortalidad. Según sus conclusiones, ha contribuido al 88,3% de todas las muertes atribuibles a este contaminante.
Así lo señala un grupo de investigadores que decidió analizar las contribuciones tanto nacionales como importadas del O3 en relación con la mortalidad en 35 países europeos entre 2015 y 2017, lo que supone 813 regiones y alrededor de 530 millones de personas.
En base a los resultados obtenidos, también observaron que la mayor parte de este O3 transfronterizo provino de fuera del área de estudio, lo que representa el 56,7% de la mortalidad atribuible total.
Efectos sobre la salud
El ozono troposférico es un contaminante atmosférico nocivo formado en la troposfera por la interacción de la luz solar con varios gases precursores, principalmente óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV) procedentes de fuentes naturales y antropogénicas.
Los niveles elevados de O3 se asocian a una serie de efectos adversos para la salud respiratoria, como el agravamiento del asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la disminución de la función pulmonar e infecciones respiratorias, que en los casos más graves pueden conducir a la hospitalización y la muerte.
«Los efectos sobre la salud del O3, y de cualquier contaminante atmosférico en general, distan mucho de ser una cuestión local. En este estudio, encontramos que el 11,7% de las muertes atribuibles al O3 fueron causadas por fuentes nacionales», afirma Hicham Achebak, uno de los investigadores del estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa» y el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), en colaboración con el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm).
Zonas más afectadas
El análisis también mostró que los países más industrializados de Europa fueron los principales contribuyentes a la mortalidad atribuible al O3 transfronterizo, especialmente Francia, con un número estimado de 4.003 muertes entre 2015 y 2017, y Alemania, con 3.260 muertes. El O3 procedente de Francia tuvo un impacto significativo en países vecinos como Luxemburgo (32,3% de las muertes atribuibles al O3), Suiza (29,3%), Bélgica (24,4%) o España (16,8%). El O3 procedente de Alemania también afectó significativamente a países vecinos como Luxemburgo (24,2% de las muertes), la República Checa (23,3%) o los Países Bajos (21,5%).
Los resultados ponen de relieve la importancia de los vientos del oeste, ya que los países situados hacia el este presentaron un mayor número de muertes atribuibles al O3 importado que otros países europeos. Los países del suroeste de Europa fueron los menos afectados por los efectos sobre la salud del O3 importado de otros países europeos. De hecho, España, Francia y Portugal fueron los países con la mayor fracción de mortalidad atribuible causada por el O3 nacional con respecto a las contribuciones de otros países europeos, con un 53,7%, 47,1% y 46,2% de las muertes respectivamente, y la menor relación importado/exportado de muertes atribuibles.