El Gobierno alemán se preparaba en la noche del lunes para anunciar las medidas que va a impulsar en torno a los coches diésel, unas medidas que afectarán a millones de propietarios de viejos vehículos muy contaminantes, que costará una costosa factura a los fabricantes que hicieron trampa en el sistema de emisiones contaminantes el llamado diéselgate.
La canciller Angela Merkel y tres ministros (Transporte, Medio Ambiente y Finanzas) y los líderes de los grupos parlamentarios de los tres partidos que forman el gobierno de gran coalición (CDU, CSU y SPD) se reunían en la sede de la Cancillería para aprobar un paquete de medidas.
Tratan de buscar una solución a las decisiones de varios tribunales alemanes, que amenazan con prohibir los vehículos diésel más contaminantes en varias ciudades del país, en total casi 1,4 millones de vehículos.
Después de varias reuniones entre representantes del Gobierno y de la industria del automóvil que han tenido lugar en las últimas semanas, las partes habrían llegado a un acuerdo que contempla la renovación de la flota de coches diésel contaminantes y la actualización del hardware que regula la emisión de gases contaminantes, una medida que sería financiada por la industria y, en parte, por los propietarios.
Coches diésel
Según una información del periódico Bild am Sonntag, el Gobierno y la industria habrían llegado a un acuerdo relacionado con las primas de cambio para los coches diésel más antiguos.
Según el periódico, que no cita fuentes, la industria habría ofrecido primas de entre 3.000 y 10.000 euros, una oferta que cuenta con el apoyo de la canciller Merkel, que apostó por una renovación radical de la flota de coches contaminantes.
A cambio de las primas, los propietarios de automóviles podrían cambiar su viejo coche diésel con normas de emisión euro 4 y euro 5, por vehículos diésel o de gasolina más modernos. Volkswagen, por ejemplo, está dispuesto a pagar entre 4.000 y 10.000 euros por un coche contaminante.
El monto de la prima depende del valor del coche que el cliente desee comprar. Daimler, por su parte, ofrece una prima de entre 3.000 y 10.000 euros y BMW una prima única de 6.000 euros.
Este acuerdo, sin embargo, solo se aplicaría a 14 ciudades donde la Agencia Federal de Medio Ambiente ha medido emisiones de óxido de nitrógeno (NO2 de más de 50 microgramos por metro cúbico de aire, como es el caso de Múnich, Stuttgart, Colonia y Hamburgo). Otras como Berlín y Fráncfort no han sido incluidas en la lista.
Renovación del hardware de los motores diésel más antiguos
Otras de las medidas que contempla el plan del Gobierno, bautizado como “Programa de Movilidad para la reducción de NO2” y que favorece a los conductores que deseen conservar sus coches, es la renovación del hardware de los motores diésel más antiguos, una solución polémica a causa del alto coste que implica la modernización.
Durante las negociaciones, la industria se habría comprometido a financiar hasta en un 80% la modernización del hardware, una media de 3.000 euros por automóvil. Aún no está claro quién pagará el 20% restante, aunque el documento del Gobierno señala que ese porcentaje tendría que ser pagado por los usuarios.
“Debemos intentar, en interés de los clientes y también de las empresas automovilísticas, una renovación de la flota. Esto debe ser el elemento principal de las negociaciones” dijo la canciller Merkel, el jueves pasado, al anunciar en forma inoficial el posible resultado de la reunión.
Fuente: EL PAÍS / ENRIQUE MÜLLER,
Artículo de referencia: https://elpais.com/economia/2018/10/01/actualidad/1538421470_638156.html,