El primero de los proyectos, titulado AMITRAN (“Metodologías de evaluación para las TIC en el transporte multimodal, desde el comportamiento del usuario hasta la reducción del CO2”), tiene la finalidad de incrementar, por medios científicos, la precisión en el cálculo del dióxido de carbono (CO2) emitido desarrollando una metodología con la que evaluar las repercusiones de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y de los sistemas de transporte inteligentes (STI) en el CO2 emitido desde el sector de los transportes.

AMITRAN cuenta con la participación de entidades de Bélgica, Alemania, España, Países Bajos y Rumanía y dispone de una financiación por valor de 1.900.000 euros concedida en virtud del tema de TIC del Séptimo Programa Marco (7PM).

Las medidas por medios informáticos podrían contribuir a que los transportes sean menos intensivos en carbono y más eficientes, y también a reforzar la seguridad, gestionar la demanda del transporte, asegurar la fiabilidad de los desplazamientos e incrementar la fluidez del tráfico. El uso de las TIC en el sector de los transportes incluye su aplicación en sistemas de navegación e información sobre rutas, asesoramiento en ruta para ayudar al conductor a seguir comportamientos ecológicos, sistemas logísticos y de gestión de flotas, optimización de la sincronización de semáforos en cruces, reserva de plazas de aparcamiento y pago de peajes.

El coordinador del proyecto AMITRAN, Gerdien Klunder, de la Organización para la investigación científica aplicada de los Países Bajos (TNO), explicó el cometido del proyecto: “Los STI son un campo en rápida expansión en el que se están desarrollando numerosas tecnologías y aplicaciones, algunas de las cuales ya se encuentran en el mercado. Pese a ello, aún no se dispone de una metodología establecida que permita a los científicos del ramo calcular las emisiones de CO2 que podrían reducirse implantando tales tecnologías. Se trata de información determinante para las autoridades, por ejemplo en el contexto de los convenios relacionados con el cambio climático”.

Han Zwijnenberg, también investigador de la TNO, añadió: “Ya se dispone de modelos del tráfico y de las emisiones que abarcan aspectos específicos del sistema de movilidad, pero su interconexión plantea varios problemas. AMITRAN se dedicará a permitir la “comunicación” entre los modelos para obtener una evaluación precisa y exhaustiva "del pozo a la rueda" de las reducciones de las emisiones”.

A su término, del proyecto saldrá una lista de comprobación y un manual que se pondrán a disposición del público y que podrán utilizarse en futuros proyectos relevantes. Estos resultados servirán como referencia a la hora de evaluar las ventajas de los STI en cuanto a reducción de las emisiones de CO2 del transporte de pasajeros y del traslado de mercancías por carretera, ferrocarril y barco.

Los medios de comunicación prestan atención principalmente al CO2, pero hay otros gases dañinos de efecto invernadero que también requieren soluciones con carácter urgente. Por ello se ha puesto en marcha otra iniciativa financiada con fondos europeos dedicada a realizar mediciones precisas de gases de efecto invernadero como el metano y el óxido nitroso.

Se trata de INGOS (“Sistema integrado para la observación de gases de efecto invernadero distintos al CO2”), financiado en parte con casi 8 millones de euros en virtud del tema de “Infraestructuras” del 7PM y en el que participan instituciones de 14 países: Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia, España, Suecia, Suiza y Reino Unido.

Hasta ahora la cantidad emitida de estos gases de efecto invernadero se ha calculado sobre todo a partir de estimaciones. INGOS tiene la finalidad de facilitar mediciones objetivas de las emisiones en los países participantes.

Así, se tomarán medidas en torres, cimas, postes altos y otros puntos de interés de toda Europa. La red que se establecerá también empleará modelos informáticos para informar con precisión de la fuente y la magnitud de las emisiones.

La puesta en marcha de estos dos nuevos proyectos pone de manifiesto que, tanto dentro como fuera de la red vial europea de transportes, para cumplir los objetivos climáticos marcados por la UE es esencial realizar medidas exactas de todos los gases de efecto invernadero. Tanto AMITRAN como INGOS pretenden impulsar la investigación sobre uno de los retos más importantes y acuciantes que afronta actualmente la UE.

La Comisión Europea ha propuesto el ambicioso objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de los transportes en un 60% en el periodo que va de 1990 a 2050. Pero a la vista de que las emisiones actuales de dicho sector se sitúan un 27% por encima de los niveles de 1990, es evidente que queda mucho trabajo por hacer.



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