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Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Exeter han utilizado las imágenes obtenidas con cámaras digitales por los astronautas de la Estación Espacial Internacional y el satélite estadounidense Suomi NPP para medir crecimiento de la contaminación lumínica en Europa. Su trabajo ha permitido, por primera vez, dar una información realista del crecimiento de la contaminación lumínica en un gran territorio. Hasta ahora, el uso de las imágenes de la Estación Espacial se limitaba a pequeñas áreas, como ciudades.

De este modo, han podido cartografiar la variación de la composición espectral de la iluminación en toda Europa para 2012-2013 y 2014-2020. Estas imágenes muestran un cambio espectral generalizado a nivel regional, desde el asociado principalmente a la iluminación de sodio de alta presión hasta el asociado a los diodos emisores de luz (LED) blanca amplia y con mayores emisiones azules, tendencia que aumenta ampliamente el riesgo de efectos nocivos para los ecosistemas. Por ello, el estudio remarca la importancia de evaluar el impacto de la exposición a luz artificial durante la noche, especialmente en el espectro azul, informa la Universidad Complutense en un comunicado.

Contaminación lumínica

«Estamos asistiendo al reemplazo del alumbrado de nuestras ciudades y carreteras desde unas lámparas de luz de sodio de alta presión (HPS, de sus siglas en inglés) a las luminarias con LEDs. Mientras las primeras son de color naranja, las nuevas son, en su mayor parte, blancas por su componente azul en el espectro. Los cambios a LEDs son motivados por su ahorro energético y son una oportunidad de reducción de la contaminación lumínica si las nuevas luminarias están diseñadas para iluminar con más eficacia y se usan LEDs de bajo contenido azul», aclara Jaime Zamorano, catedrático del departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Complutense y director de la tesis de Alejandro Sánchez de Miguel, primer firmante del nuevo estudio, que ha sido publicado en la prestigiosa revista Science Advances.

«Como ya se esperaba, hay un cambio medible a luminarias más azules. La transformación de estas imágenes en color a mapas de impacto ambiental indica que se está incrementando el riesgo de efectos nocivos a los ecosistemas», completa Zamorano, en declaraciones recogidas por , en declaraciones recogidas por Science Media Center (SMC).

«El reloj circadiano regula el correcto funcionamiento de múltiples sistemas en el cuerpo humano. El principal factor sincronizador de este sistema es la luz que entra a través de la retina en nuestros ojos. La luz azul, aquella con un espectro de 380 a 450 nm, es la más efectiva a la hora de sincronizar (o alterar) este sistema», comenta Anna Palomar, investigadora predoctoral en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), cuya tesis trata sobre la disrupción circadiana en parte, como resultado de la exposición a luz artificial durante la noche y sus efectos en la salud humana, y que no ha participado en el estudio.

Alumbrado público

«El cambio sistémico hacia un alumbrado público compuesto principalmente por LEDs ha sido impulsado en muchas ciudades europeas para reducir el impacto medioambiental. Sin embargo, poco se sabe sobre el cambio del color de la luz de este nuevo alumbrado público y su impacto en la salud humana y planetaria», continúa Palomar.

«El estudio de Alejandro Sánchez de Miguel y colaboradores subraya las carencias de estudios anteriores, que han evaluado el incremento de luz artificial nocturna usado imágenes de noche, pero sin tener en cuenta el color de la luz emitida, por lo que las estimaciones se pueden haber infravalorado», asegura.

Impacto en numerosas especies

Los autores del trabajo también destacan la huella que puede tener este aumento de luz azul no solamente para los humanos, sino también para muchas otras especies. El artículo demuestra este aumento progresivo en los niveles de luz azul en las ciudades europeas, aunque se necesitan más estudios que evalúen sus efectos sobre la salud humana y que propongan medidas preventivas.

El crecimiento entre 2012-2013 y 2014-2020 en el color verde, es del orden del 11.1%. En el azul, para el mismo periodo es de un 24,4%. Esto confirma las estimaciones pesimistas publicadas por los mismos investigadores el año pasado, realizadas en base a la proyección de las ventas de lámparas LED. Los cambios se están produciendo de manera muy desigual en Europa.

En España se está produciendo un aumento del 13% en porcentaje de luz azul emitida frente a la luz verde. Esto puede tener impacto en la salud de las personas vía empeoramientos de la calidad del sueño. También supone una amenaza para los ecosistemas en general, en particular el estudio trata el impacto en mariposas nocturnas (que son importantes polinizadores) y murciélagos.

Fuente: EL MUNDO

Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2022/09/14/6321c63be4d4d85d378b4588.html



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