La predicción, con una precisión sin precedentes, rebaja de 4,5ºC a 2,6ºC el incremento máximo esperado, por debajo de las predicciones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), y descarta calentamientos por encima de los 6ºC, si se duplica el CO2 atmosférico respecto a niveles preindustriales. En el estudio ha participado el investigador de la UAB Antoni Rosell.

La sensibilidad climática refleja en qué medida se ve afectada la temperatura de la superficie de la Tierra por cambios en las propiedades de la atmósfera. Los científicos han desarrollado modelos para calcular cuál es la sensibilidad climática ante el incremento de CO2, es decir, para calcular como se incrementaría esta temperatura al aumentar la concentración de CO2 en la atmósfera.
 
Según el último informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), si se duplica la concentración de CO2 de la atmósfera respecto a los niveles de la época preindustrial, la temperatura de la superficie de la Tierra se estima que se incrementará en promedio unos 3ºC. Se trata de una estimación probabilística, los científicos pueden concretar que hay un 66% de probabilidades de que este incremento esté entre los 2 y los 4,5ºC, y la incertidumbre de este tipo de predicción no se ha podido reducir en los últimos 32 años.
 
Un estudio publicado esta semana en Science, en el que ha participado el investigador de la UAB Antoni Rosell, rebaja de manera significativa las predicciones del IPCC. Según la investigación, la estimación del incremento de la temperatura se reduce a unos 2,3ºC en promedio. El estudio también reduce la incertidumbre de la predicción, es decir, el rango de temperaturas entre el mínimo y el máximo predicho: hay un 66% de probabilidades de que el incremento esté entre los 1,7ºC y los 2,6ºC como máximo, y descarta calentamientos por encima de 6ºC. El dato está por debajo de las predicciones del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en el último informe de 2007.
 
Los investigadores han llegado a las conclusiones del estudio a partir de la reconstrucción de las temperaturas de la Edad de Hielo (hace unos 21 mil años) mediante modelos de simulación climática. Se trata de un período climático muy adecuado para hacer predicciones sobre el efecto del incremento del CO2 atmosférico en la temperatura del planeta, dado que las concentraciones del gas de efecto invernadero eran muy inferiores a las concentraciones a los de la época inmediatamente preindustrial (hace poco más de un siglo), y debido también a que las temperaturas de la superficie del planeta y las características de la atmósfera de aquel período se conocen bien a partir de la reconstrucción paleoclimática.
 
Según los autores de la investigación "si las restricciones del clima de hace 20 mil años se pueden aplicar al futuro, tal y como predice nuestro modelo, las probabilidades de un cambio climático extremo a corto plazo son más bajas de lo que se pensaba hasta ahora". Sin embargo, los científicos recuerdan que el calentamiento global es un hecho real y que el incremento en el CO2 atmosférico tendrá efectos importantes.
 
La investigación, con la participación del investigador ICREA del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB, Antoni Rosell, ha sido dirigida por investigadores de la Oregon State University, con la participación de científicos de las universidades norteamericanas Princeton University, Harvard University, Cornell University, y University of Oregon; y ha sido financiada por la National Science Foundation de EEUU.



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