¿Es posible un mundo sin emisiones de CO2?
En el área de Houston, Texas (EE. UU.) existe un mar de refinerías y tanques de almacenamiento de petróleo, líneas eléctricas y chimeneas, dedicadas a convertir los combustibles fósiles en dólares, de ahí que esta sea la zona de Estados Unidos que más dióxido de carbono (CO2) emite. Sin embargo, una nueva planta de energía de combustibles fósiles se muestra como una solución potencia a las enormes huellas de gases de efecto invernadero. Posee una turbina y un motor de combustión. Pero hay una cosa que no necesita: chimeneas.
¿Combustibles fósiles sin emisiones? ¿Cómo?
La planta de demostración de 25 megavatios quemará gas natural en oxígeno puro. El resultado: una corriente de CO2 casi puro, que se puede canalizar y almacenar subterráneamente o explotar en depósitos de petróleo agotados para liberar más petróleo. Sea como fuere, el CO2 no irá a parar a la atmósfera. Los expertos en el clima creen que una estrategia como esta será necesaria para que el mundo pueda avanzar en la limitación del cambio climático.
NET Power, es la startup que respalda esta nueva planta de energía, que espera producir energía libre de emisiones por alrededor de 0.06 dólares por kilovatio-hora. Casi el mismo coste que la energía de una planta de gas natural de última generación y más barata que la mayoría de las energías renovables.
Transformar carbón en oxígeno puro
La clave de su eficiencia es un nuevo ciclo termodinámico que intercambia CO2 por el vapor que impulsa las turbinas en las plantas convencionales. Los responsables de esta innovadora planta son: un ingeniero británico jubilado y un par de geeks tecnológicos que se habían cansado de sus trabajos habituales.
Si el prototipo avanza como se espera, NET Power afirma que continuará con una planta de 300 megavatios a gran escala, suficiente para dar energía a más de 200.000 hogares. "Este es un cambio en el juego si logran el 100% de sus objetivos", dice John Thompson, un experto en captura de carbono en el Grupo de Trabajo sobre Aire Limpio, una organización ambiental sin ánimo de lucro.
"Está muy bien en el papel, veremos pronto si funciona en realidad, solo hay un millón de cosas que pueden salir mal", afirma Howard Herzog, ingeniero químico y experto en captura de carbono en el MIT. El trabajo ha sido publicado en la revista Science.