España es el país europeo donde más han aumentado los gases invernaderos desde 1990
España es el país de la Unión Europea que más ha incrementado sus emisiones de gases de efecto invernadero entre 1990 y el 2015, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Estas emisiones, que son responsables del calentamiento de la atmósfera, proceden de la quema de combustibles fósiles en plantas de producción de electricidad así como en la gran industria y otros focos diseminados por el territorio (transporte, residencial, agricultura, residuos…).
En términos absolutos, España es el país comunitario que más ha aumentado sus gases calientes en los últimos 25 años. En el 2015 arrojó a la atmósfera 47,8 millones de toneladas de CO2 equivalentes más que en 1990. Le siguen, en este ranking, Portugal (con un aumento de 9,3 millones de toneladas de CO2), Irlanda (3,8 millones), Chipre (2,8) y Austria (0,046). Solamente estos cinco países en la UE han aumentado sus gases, mientras que las otras 23 naciones los han atajado. España absorbe el 75%de la suma de los aumentos de estos cinco países.
En el otro extremo, Alemania (que ha registrado una disminución de 348,9 millones de toneladas de C02) y Reino Unido (-290 millones), presentan los mejores resultados. En términos relativos, las emisiones en España crecieron un 16,6% desde 1990, un porcentaje sólo superado por Chipre (50%).
“España se comporta como un país en desarrollo; se limita a justificar que ha cambiado la tendencia; pero aún no ha puesto las bases de un cambio estructural del modelo energético”, dice Laura Martín, directora de la Fundación Renovables. “Al principio, el protocolo de Kioto no fue tomado en serio y no se plantearon estrategias de reducción de emisiones; y, más tarde, no se aprovechó la crisis económica para transformar el sistema productivo”, añade.
Caída por la crisis a partir del 2008
Las emisiones de CO2 han sufrido en España una notable caída a partir del 2008, debido a la crisis y a la menor actividad económica. Alcanzaron su nivel más bajo en 2013 (323 millones de toneladas de CO2), pero volvieron a subir en los dos años siguientes (324 millones de tn de CO2en 2014 y y 336 millones en el 2015).
El resultado es que en el 2015 se dio un repunte del 3,5% de estos gases (respecto al año anterior), lo que la Agencia Europea de Medio Ambiente atribuye al mayor uso del carbón para producir electricidad y al incremento del diésel para transporte por carretera, principalmente. En el 2015, el carbón vino a suplir la falta de reservas de agua en los embalses. “En España, por términos generales, si bajan la reservas hidráulicas, suben el uso del carbón”, dice Heikki Willstedt, responsable de políticas energéticas y cambio climático de la Asociación Empresarial Eólica.
Las eléctricas y el carbón
A las compañías eléctricas les resulta más a cuenta usar el carbón para producir electricidad que el gas (que tiene menos emisiones), porque es barato y porque los derechos de emisión que debe pagar tienen un bajísimo precio (entre 5 y 7 euros por tonelada de CO2). “Es necesario que la futura ley de Cambio Climático y Transición Energética ponga un precio disuasorio a las emisiones de carbono, un suelo de 30 euros la tonelada, como han hecho otros países”, dice Willstedt.
España, en el 2015, redujo además la participación de las renovables. “Llevamos ya cinco años de parón en renovables, sin ningún avance en movilidad eléctrica o políticas sustantivas para el sector del transporte y la movilidad”, dice Laura Martín. En el 2015, además, aumentó la intensidad energética. Producimos lo mismo utilizando más energía.