De acuerdo con los datos registrados por la red de medición de la contaminación atmosférica de la Comunidad de Madrid, la calidad del aire de la región continúa superando los límites de protección a la salud fijados por la legislación vigente, y en mucho mayor medida todavía supera las recomendaciones de la OMS.
En Barcelona la situación es similar. El levantamiento del límite de velocidad ha suscitado el debate respecto a las medidas necesarias para atajar la contaminación atmosférica que sufre la ciudad, que al igual que Madrid, roza los límites permitidos por la legislación.
Los tres contaminantes más problemáticos son las partículas en suspensión, el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico, y los tres provienen mayoritariamente del tráfico. Es por este motivo que se ha centrado la atención en ciudades como Madrid y Barcelona, que cuentan con una alta densidad de tráfico. Pero deben olvidarse otros territorios españoles.
Asturias
A falta de los datos oficiales referidos al 2010, y con los datos disponibles en el sitio Web de la red ambiental de Asturias, Ecologistas en Acción ha realizado un primera aproximación a la situación de la calidad del aire y aparecen dos situaciones muy diferentes.
Por una parte, aparece una mejora en la situación de estaciones como la de Matadero. Como en otras estaciones con clara influencia de la actividad industrial o de las centrales térmicas, se ven afectadas por la disminución de la actividad, por las condiciones atmosféricas o por las medidas de mejora ambiental que se han tomado en algunas instalaciones.
Pero esta mejora no es suficiente para que se cumplan los límites establecidos. Así, en la estación de Llanoponte, se habría superado el límite diario de protección de la salud, de 50 µg/m3 en más de 60 ocasiones, y en la de Matadero, en más de 80, cuando dicho límite no puede superarse en más de 35 ocasiones. En Llanoponte también se habría superado el valor límite anual de protección a la salud de 40 µg/m3.
En el caso de las estaciones como la de Lugones, donde todo parece indicar que las superaciones no son debidas sólo al tráfico, la situación no ha cambiado en absoluto. El valor límite de protección a la salud de 50 µg/m3, que no puede superarse en más de 35 ocasiones, se habría superado en más de 100 ocasiones. En esta estación también se habría superado el valor límite anual de protección a la salud de 40 µg/m3.
Otras estaciones, como la ovetense de Pura Tomas, en la que la influencia de la central térmica de Soto de Ribera era muy evidente, la mejora de la situación ha sido muy importante, y no habría tenido ninguna superación.
Cuenca
Cuenca es una ciudad pequeña, poco industrializada y alejada de grandes urbes. Sin embargo, para el caso de las partículas se dan 30 superaciones del valor límite diario de 50 µg/m3. Pero estos valores se han superado holgadamente en 2008 con 54 superaciones, es decir, 19 más del límite legal.
La media anual de partículas fue en 2009 de 29 µg/m3, siendo el valor máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud de 20.
Esto es mayoritariamente atribuible al tráfico, aunque también contribuyen otras emisiones, como las calefacciones y algunas (pocas) industrias.
Esta situación pone de manifiesto la intensidad del tráfico motorizado en la ciudad, siendo la mayor parte innecesario dadas las pequeñas dimensiones de la ciudad.
Otro aspecto destacado es la estabilidad de la atmósfera en momentos puntuales (inversión térmica en periodos de anticiclón) muy alto en Cuenca, obligando a limitar todavía más las emisiones en Cuenca.
Esta particularidad atmosférica en Cuenca, se recoge con valores muy elevados del "parámetro climatológico" para el cálculo de altura de chimeneas de industrias, en la Orden del Ministerio de Industria de 18 de octubre de 1976. El valor de este índice es de 8,64, el más alto de las capitales de provincia de Castilla-La Mancha y el cuarto de España, sólo superado por Molina de Aragón, Ávila y Soria.
Por otro lado existe un supuesto "Plan de movilidad sostenible" que no es tal, puesto que, en ese documento, no se recoge ninguna medida de reducción del tráfico y por tanto su efecto en la reducción de la contaminación es nulo.