Globo a la estratosfera
Cinco años de trabajo constante, pasión por el espacio y mucho talento son los elementos fundamentales que han hecho que los 17 estudiantes de la ESEIAAT que forman el equipo NESLAB hayan conseguido con un globo de látex lo que prácticamente está sólo al alcance de empresas del sector aeroespacial: llegar a la estratosfera y testimoniar el vuelo con miles de imágenes fotográficas y de vídeos de la Tierra, del Sol y del espacio tomadas desde una altura de 32 km, captadas en uno de los tres lanzamientos realizados durante este curso desde diferentes puntos de la geografía catalana y española.
Este proyecto es fruto del programa INSPIRE de la ESEIAAT, premiado recientemente por el Consejo Social de la UPC como la mejor iniciativa docente. INSPIRE promueve la realización de proyectos reales de estudiantes que se llevan a cabo en horario extraacadémico.
Fabricado con látex, el globo tiene 1,5 m de diámetro, asciende con helio y lleva suspendido un módulo de unos 30 centímetros cúbicos, sujeto con cuerdas de hilo de carbono. Este cubo está equipado con cámaras para hacer fotos y vídeos y con tecnología avanzada, desarrollada también en la Universitat para realizar experimentos en condiciones muy severas de presión y temperatura. El mismo módulo está construido con materiales resistentes creados también por investigadores de la UPC.
El módulo cuenta con tres sistemas de telecomunicaciones, diseñados por los mismos estudiantes para poder recuperar el módulo una vez explota el globo de látex y para garantizar, también, que no se pierda la comunicación entre el aparato y el equipo de NESLAB, dos factores difíciles de conseguir en este tipo de lanzamientos.
Una foto estratosférica cada dos segundos
Las cuatro cámaras que viajan dentro del módulo son deportivas (AEE S 40 PRO), modelos que consumen menos energía que otros con mejores prestaciones. Las cámaras están programadas por los estudiantes para realizar una fotografía cada dos segundos, una cifra que se traduce en 4.000 imágenes durante las dos horas que dura el vuelo. Las cámaras captan imágenes de 8 megapíxeles y graban vídeos a 1080p/30fps. Todo a temperaturas por debajo de los 50 grados y desde más de 30.000 metros de altura, el triple de la que alcanzan los aviones en los vuelos convencionales.
El módulo que transporta el globo se comunica a través de aparatos de telemetría y un pequeño controlador que envía correos electrónicos, vía satélite, que contienen información de la ubicación de los globos y un emisor de radio. Todo ello pesa 3 kg y para cubrir el equipamiento se han escogido los materiales de una manera muy cuidadosa. De hecho, según explica uno de los integrantes del equipo, Marc Cortés, “una de las mayores dificultades es proteger el equipo electrónico de las condiciones tan severas de presión y temperatura”.
Los profesores del Departamento de Máquinas y Motores Térmicos de la UPC “nos han ayudado mucho a la hora de utilizar los materiales más adecuados y de la manera más eficaz para proteger la tecnología que transportamos hasta la estratosfera, de manera que sea un buen aislante térmico pero que también sea suficientemente ligero”, explica Cortés.