La inadecuada presión de los neumáticos provoca que se emitan cada año 18,4 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, que no se generarían si los neumáticos circularan con la presión correcta, según un estudio elaborado por la Fundación de la Federación Internacional de Automovilismo y Bridgestone, que también indica que esta situación provoca el consumo de 8.000 millones de litros más de carburante al año.
El documento pone de manifiesto que la presión incorrecta de los neumáticos de los automóviles ha ocasionado que cada año se tengan que deshechar 55 millones de neumáticos por este motivo. Además, el estudio resalta que en condiciones normales las ruedas son las responsables del 20 por ciento del consumo de combustible del coche y del 30 por ciento si es un vehículo pesado.
Como ejemplo, este análisis indica que a una velocidad constante de 90 kilómetros por hora el circular con una presión de 1 bar menos de la recomendada por el fabricante provocará un aumento de entre el 1 por ciento y el 3 por ciento del consumo de carburante, lo que repercutirá sobre las emisiones de CO2.
De esta forma, el documento señala que "una presión correcta en los neumáticos es una garantía en lo referente a seguridad, disminución de la resistencia del rodaje y del consumo de carburante ayudando así a proteger el medio ambiente".